Dom 20.07.2014
turismo

GUATEMALA. TREKKING EN LA SELVA

Sólo para aventureros

El apasionante y exigente Maya Trek propone tres días de caminata, a razón de siete horas diarias, por el corazón de la selva guatemalteca. Un desafío para piernas entrenadas y ojos deseosos de descubrir tesoros de difícil acceso de la naturaleza y la cultura maya.

› Por Graciela Cutuli

Fotos: Gentileza INGUAT

Un mundo por descubrir. Una selva tan densa que hace pensar en Horacio Quiroga y su otra selva, más al sur, hermanada en la oscuridad que brindan los árboles y el bullir de la vida secreta a flor de tierra o bajo el cielo tropical. Un mundo por descubrir, pero no para cualquiera, porque este recorrido que se interna en el corazón de la Reserva de la Biosfera Maya –el área protegida más grande de Guatemala, extendida sobre casi el 20 por ciento del territorio nacional– requiere un alma dispuesta al esfuerzo y piernas capaces de seguir un ritmo de marcha de siete horas diarias. El Maya Trek, que combina aventura, arqueología, naturaleza y cultura, es una de las últimas apuestas de las autoridades turísticas guatemaltecas para dar a conocer, desde sus propias entrañas, la riqueza histórica y ecológica de este país situado en la cintura centroamericana.

LA GRAN SELVA Junto con las áreas protegidas del sur mexicano y de Belice, la Selva Maya –de la que forma parte la Reserva de la Biosfera Maya– forma la mayor extensión de selva tropical al norte del Amazonas. Por aquí se desarrolla el itinerario, que abarca entre 50 y 60 kilómetros, a un ritmo de caminata de entre seis y siete horas diarias, bajo la dirección de miembros de 22 comunidades locales especialmente preparados para organizar la logística y acompañar a los aventureros. “No se descuidó ningún detalle: cada miembro de la comunidad se preparó a lo largo de tres años en servicio al cliente, calidad de prestación de servicios, manejo de grupos, cultura turística, cocina en expediciones, primeros auxilios, biodiversidad local”, cuenta a Página/12 Juan Gabriel Rivera Lima, del Instituto de Turismo Guatemalteco (Inguat). Para poder realizar el trekking, es preciso contratar los servicios de la Comisión de Turismo del Cruce Dos Aguadas, que no sólo cuentan con expertos baqueanos, sino que además preparan la comida prevista durante el recorrido y se ocupan del servicio de caballos de carga. Cruce Dos Aguadas, en el municipio de San Andrés, es el punto de partida del trekking.

Rivera Lima también asegura que no hace falta poseer “ningún tipo de preparación especial –de hecho el trayecto es plano y no se hacen ascensos significativos en altitud–, pero sí se recomienda estar en buena condición física y sobre todo mentalmente preparados para soportar el clima húmedo y cálido de la selva tropical”. En otras palabras, durante la época de lluvias el recorrido es un desafío para los pies, porque hay que atravesar áreas inundables y zonas lodosas, en tanto moscas y mosquitos pueden volverse molestos. Pero ¿quién les quita lo bailado a los grupos de aventureros que se internan en la selva para descubrir un mundo inaudito de exuberancia tropical, fauna y arqueología?

PASO A PASO A poco de comenzar, los trekkers se internan en el Biotopo San Miguel La Palotada, también conocido como el Zotz (la palabra maya que designa a los murciélagos). Se trata de una zona de increíble diversidad biológica, uno de los núcleos de la Reserva de la Biosfera Maya (hoy amenazada por el avance de la frontera agrícola, los incendios forestales y la caza ilegal) que es posible conocer de primera mano de la mano de los guías de Cruce Dos Aguadas.

Por aquí hay cocodrilos, monos aulladores, jaguares, monos araña. Pero sobre todo hay murciélagos, por millones, de 15 especies diferentes. Y junto con ellos, sus predadores naturales –halcones, lechuzas, serpientes– que se pueden ver mientras acechan en busca de cazar su alimento. Asimismo –precisa Gabriel Rivera Lima– “durante el recorrido se pueden observar huellas de mamíferos, y los guías ayudan a interpretar todas estas señales de una presencia, a veces invisible, que queda en el ambiente”. Una fiesta para el observador de fauna y de aves, y también para los amantes de explorar ruinas arqueológicas, ya que el Zotz –sitio arqueológico cuyo emblema es precisamente el glifo de un murciélago– es una ciudad maya que tuvo importancia durante la segunda mitad del Período Clásico Temprano, cuando fue sede administrativa y política de la principal dinastía del Valle de Buenavista. Durante esa época el Zotz fue un importante aliado de Tikal, pero más tarde se convirtió en aliado del reino Kan, gran enemigo del anterior. Desde el complejo del Zotz, situándose en la parte superior del Templo del Sol Nocturno o Complejo del Diablo, es posible observar en la lejanía el Templo IV de Tikal.

Los guías destacan que “los participantes del recorrido quedan sorprendidos, porque la experiencia permite contacto directo con la naturaleza sin tener una multitud de turistas. Esto da una sensación increíble de acercamiento a biodiversidad local y de autenticidad. Sobre todo al terminar el recorrido en un sitio arqueológico como el de Tikal”.

Pero para eso todavía falta. Después del Zotz se avanza hacia el campamento de El Yesal, donde espera a los caminantes el canto de los anfibios y el llamado insistente de los monos aulladores, así como el canto de las aves al amanecer. Este lugar, como el resto, forma parte del valle de Buenavista, que fuera antiguamente una de las principales rutas de comunicación y comercio en tiempos prehispánicos. El último tramo del trekking se realiza, finalmente, por una sección muy cercana al área núcleo del Parque Nacional Tikal, en una región donde el sendero se estrecha y aumenta la sensación de aventura.

HUELLAS DE GUERRERO Además de sus paisajes selváticos y el desafío que representa el esfuerzo físico, el Maya Trek tiene aires legendarios. Porque los tres días de caminata siguen la huella del legendario guerrero maya Siyak K’ak (Rana Humeante). “Con su aparición en la región de las tierras bajas de Petén, este guerrero cambió la historia de la civilización maya”, subraya Gabriel Rivera Lima. “Estando en el lugar –agrega– resulta más fácil comprender las complicadas relaciones bélicas y comerciales entre las diferentes ciudades mayas, así como las dinastías dominantes.” Según los glifos de la civilización maya, Siyak K’ak fue uno de los grandes líderes mesoamericanos: al parecer, encabezó una fuerza que invadió Petén, el corazón de la cultura maya, desde Teotihuacán, y estableció los nuevos gobernantes de Tikal y Uaxactún. Su fama llegó hasta la lejana Copán, en Honduras, donde hay monumentos que también muestran inscripciones con su nombre.

El Maya Trek es entonces todo un desafío, pero no el último, porque ya hay proyectos para proponer un nuevo reto a los turistas: el trekking a la pirámide La Danta, la más voluminosa del mundo maya, que se encuentra en el sitio arqueológico El Mirador. Mientras tanto, hay que disfrutar de la increíble riqueza arqueológica y simbólica de Tikal, el punto de llegada de esta caminata de tres días que exige gran esfuerzo físico, pero recompensa con creces por su asombrosa inmersión en la selva.

Campamento en plena selva, un alto para el descanso en una caminata esforzada.

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