Dom 04.01.2015
turismo

BUENOS AIRES. PLAYAS Y NATURALEZA EN LA COSTA ATLáNTICA

Tres balnearios hacen verano

Extensas playas, reservas naturales, pesca deportiva y vida nocturna son los atractivos que definen el verano 2015 en los balnearios de la Costa Atlántica. Villa Gesell, San Clemente y Mar del Plata, tres clásicos donde el mar, la naturaleza y la vida social se dan la mano.

› Por Nora Goya

Fotos de Nora Goya

Con el comienzo de la nueva temporada de verano, la Costa Atlántica bonaerense vuelve a convertirse en el gran destino turístico que convoca –como todos los años– a cientos de miles de personas. Los balnearios se suceden uno tras otro, a veces con fronteras difusas o simplemente caminables de playa a playa, y sin embargo cada uno logra forjarse una identidad y un público propios. Entre los clásicos de siempre, Villa Gesell se convirtió en los últimos años en el segundo destino de costa más importante gracias a tres apuestas: sus amplias playas, los bosques y la oferta cultural y gastronómica. “Cada temporada elige este lugar 1,8 millón de personas”, resume el secretario de Turismo gesellino, Diego Gherlone. Y agrega que “mientras los grupos de jóvenes llegan atraídos por las playas repletas y la vida nocturna de Gesell, las familias eligen Mar de las Pampas con sus cabañas y restaurantes en medio del bosque”.

Por su parte, el complejo Termas Marinas, en San Clemente del Tuyú, es otra de las alternativas de la costa argentina, elegido en verano por sus opciones al aire libre. El predio cuenta con piscinas de aguas minero–medicinales y una superficie total de treinta hectáreas, donde los visitantes pueden realizar actividades recreativas como el ascenso al faro San Antonio. Calor mediante, las estrellas veraniegas son la piscina con olas, toboganes e hidrojets que potencian la diversión. Termas Marinas funciona junto a Mundo Marino, el oceanario más grande de Sudamérica, que desde 1979 tiene como objetivo la preservación y conservación de fauna marina de la región.

Y a su vez, Mar del Plata es el destino más tradicional y elegido por argentinos y extranjeros, un clásico que resiste todas las modas y atrae tanto a los amantes de la playa como a quienes quieren veranear entre mansiones elegantes, avenidas panorámicas sobre la costa y centros comerciales. Al sur de la ciudad se encuentra la reserva Puerto de Mar del Plata, que a principios de diciembre fue declarada Reserva Natural Provincial de Objetivos Mixtos: Botánico, Faunístico y Educativo, de acuerdo con la Ley de Áreas Protegidas: una iniciativa que se logró gracias al apoyo de miles de voluntarios.

Mar de las Pampas, un pueblo costero nacido en el bosque con vocación “slow”.

BOSQUES Y AÑOS A partir de las especies plantadas por Carlos Gesell a principios de los años ’30 en las dunas de arenas móviles, se creó el bosque fundacional de Villa Gesell. La casa familiar de este experimentador que dio nombre al balneario funciona como museo desde 1991 y mantiene su estructura original de “cuatro puertas”: este sistema permitía que siempre hubiera una entrada libre cuando el viento soplaba y tapaba alguno de los demás frentes de la vivienda.

“Se demoró 50 años en crear el bosque, y alrededor de ese bosque se formó una aldea”, explica Silvina Villar, una de las vecinas del partido. En la casa de Gesell hoy se exhiben fotografías que muestran a los primeros pobladores, las casas pioneras, los comercios e instituciones originales del pueblo.

A diferencia de esta primera experiencia, la forestación de la vecina Mar de las Pampas fue planificada. Sobre la duna costera formada por la acción del viento y del mar se plantaron eucaliptos, olivos, carpinteras, pinos y acacias, conformando un bosque que está en permanente crecimiento por el aporte de los vecinos.

Desde el pasado febrero, la sociedad de fomento local organiza visitas guiadas y gratuitas por el “sendero botánico” formado en las calles de Mar de las Pampas. Mónica García, residente desde 1996, nos acompaña en una recorrida por los senderos cubiertos de vegetación, donde no hay grandes carteles ni logos con el fin de preservar el lugar de la contaminación visual. “Somos alrededor de 200 familias que elegimos vivir en armonía con el ambiente”, explica Mónica. Muchas de esas familias llegaron a este sitio costero luego de emigrar de las ciudades en busca de “vivir sin prisa”, y desarrollaron todo un abanico de emprendimientos, sobre todo hosterías, restaurantes y pequeños comercios.

Desde Mar de las Pampas parte una visita a la reserva Faro Querandí. En vehículos 4x4 de la empresa Turismo y Aventura, la travesía pasa primero por los bosques de Las Gaviotas y Mar Azul, para ingresar luego en la primera reserva dunícola del país, creada para la conservación del ecosistema de la duna costera con su flora y fauna. Alan (biólogo) y Rocío (guardaparque) forman parte del equipo de la Secretaría de Turismo de Villa Gesell y nos acompañan en el paseo, que sorprende con la observación de aves, sobre todo ostreros, gaviotas y patos. En medio de estas grandes extensiones de arena se forman lagunas que semejan oasis de tierras lejanas y permiten a los visitantes olvidarse de que se encuentran a unos pocos minutos del centro urbano de Villa Gesell.

El recorrido finaliza en el faro Querandí, que comenzó a funcionar en 1922 y tiene un alcance lumínico de 18 millas marinas. Luego de subir los 276 escalones de la escalera caracol se pueden observar, desde 54 metros de altura, la playa, el mar y la vegetación de la reserva.

Vista de la costa de San Clemente del Tuyú, desde el faro situado junto a las Termas Marinas.

TUYÚ 1000 En lengua guaraní, tuyú significa “lodo” o “barro”. Sus orígenes son remotos: en el año 1580, Hernando Arias de Saavedra emprendió una expedición hasta llegar a Tandil, acompañado por guaraníes evangelizados que bautizaron con el nombre de “Tuyú” la zona comprendida entre la bahía de Samborombón y el Mar Argentino.

“Debido a la geografía del lugar aparecían con frecuencia animales enfermos en las costas, que eran rescatados, curados y devueltos al mar por la familia Méndez, propietaria de un camping en la zona. Este fue el inicio de Mundo Marino, que desde 1979 abrió sus puertas al público: primero como acuario, para luego transformarse en el oceanario más importante de Sudamérica”, relata Gloria, una de las guías del parque temático.

Hoy día, Mundo Marino combina las presentaciones típicas de un oceanario –con una orca, delfines, lobos marinos– junto a un safari terrestre y exhibiciones de monos, llamas y una colonia de pingüinos rescatados, entre otras actividades. Periódicamente, como durante nuestra visita, hay devoluciones de animales a su hábitat natural: en esta ocasión, dos tortugas marinas fueron liberadas al mar luego de haber sido rescatadas y rehabilitadas por el grupo de profesionales de la Fundación Mundo Marino. Estas especies forman parte de los 8 mil animales recuperados por los integrantes de la fundación, que desde 1997 realiza asistencia a la fauna marina junto al desarrollo de actividades científicas y de investigación. Recorremos las instalaciones junto a Papo, jefe del área de Biología y responsable del Centro de Rescate y Rehabilitación, quien nos muestra cinco jaulas con piletas individuales para el tratamiento de los ejemplares enfermos, el sector para el lavado de aves empetroladas, la sala de estabilización, la de control veterinario y la sala de cirugía.

En la fundación también se dictan cursos de capacitación para la conservación de la fauna marina y ambiental. “Esta iniciativa convoca a profesionales de distintas disciplinas, por lo que esta experiencia es muy enriquecedora para los estudiantes”, subraya Papo.

Y como San Clemente cuenta con napas de agua subterráneas minero–medicinales con propiedades curativas y relajantes, la extracción de estas aguas dio origen al complejo contiguo de Termas Marinas. Sumergirse algunos minutos en una de las piscinas, descansar y luego ingresar en otra son las recomendaciones para quienes visitan el complejo, que recibe entre 2 mil y 3 mil personas diarias durante la temporada de verano. “Teníamos la intención de crear un lugar para quienes busquen aguas termales junto con un espacio de recreación”, recuerda Gloria Méndez sobre los inicios del emprendimiento. Por eso, Termas Marinas cuenta con tres piscinas con temperaturas mayores a 35 grados para el tratamiento de la piel, una para niños y otra al aire libre con olas de hasta dos metros. Un salón de relax se suma a los servicios para los visitantes que deseen masajes corporales o tratamientos faciales, clases de acuarela y un circuito aeróbico. Además, el complejo cuenta con un restaurante, drugstores, alquiler de kartings, coches para niños y el ascenso al faro San Antonio, uno de los atractivos del lugar, ya que posee un elevador que permite llegar al balcón ubicado a 58 metros de altura, evitando subir los 298 escalones a pie. Desde allí se puede observar la bahía de Samborombón, San Clemente del Tuyú y la reserva de Punta Rasa.

Deportes en la arena, un clásico familiar del centro de Mar del Plata.

REINA DEL PLATA Clásico de clásicos en la Costa Atlántica, Mar del Plata comenzó diciembre con una novedad ecológica: a principios del mes pasado, la reserva del Puerto de Mar del Plata fue declarada Reserva Natural Provincial de Objetivos Mixtos: Botánico, Faunístico y Educativo. Este reconocimiento surgió luego de una iniciativa de la que participaron Greenpeace Mar del Plata, la Fundación Reserva del Puerto Mar del Plata y varios miles de personas que se sumaron con su firma.

Además de la visita a la nueva reserva, y de los circuitos que recorren desde los barrios de arquitectura tradicional hasta los senderos del bosque Peralta Ramos, junto a Punta Mogotes, Mar del Plata siempre sobresale por su oferta de entretenimientos: la tradicional Fiesta de los Pescadores se realizará en la zona del puerto entre el 12 de enero y el 1º de febrero, habrá numerosos recitales gratuitos en la playa y como cada año las principales compañías de teatro arribarán con sus obras a la ciudad.

Este verano facilita la llegada al balneario la inauguración del nuevo tren cero kilómetro, que arrancó sus viajes entre Buenos Aires y Mar del Plata en diciembre con tecnología de última generación. Y uno de los grandes atractivos será el Museo de Arte Contemporáneo MAR, inaugurado hace apenas un año y ya famoso por la escultura del lobo marino recubierto de envoltorios de alfajor creado por Marta Minujin. A fines de diciembre, el MAR abrió una nueva muestra, Horizontes de deseo, que se propone interrogar y reflexionar sobre el rumbo y las necesidades de la humanidad de cara a un futuro mejorador del presente y desde la perspectiva del arte, la arquitectura y el diseño. Ideal para empezar el año nuevo, en Mar del Plata y de cara al mar.

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