CARNAVAL > FESTEJOS DEL LITORAL AL NOROESTE
Un viaje por el esplendor y los brillos de las comparsas de los carnavales litoraleños en Gualeguaychú y Corrientes, pasando por la actitud contestataria de las murgas porteñas y el sincretismo religioso y cultural en la Chaya riojana y el festejo en Tilcara. Una guía carnavalera para no perder la alegría.
› Por Guido Piotrkowski
Fotos: Gentileza Mintur y Guido Piotrkowski
Desde la reimplementación del feriado de carnaval por el gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner, Argentina recuperó una fiesta centenaria. La primera edición del Carnaval Federal de la Alegría, realizada en el año 2011, restauró los feriados dedicados a esta fiesta que habían sido eliminados por la última dictadura militar. Este año serán el sábado 6, domingo 7, lunes 8 y martes 9 de febrero, aunque en muchos lugares las celebraciones comienzan antes, como en Gualeguaychú, uno de los más relevantes y extensos del país, que arrancó el pasado 9 de enero.
El carnaval tiene un valor cultural y patrimonial indispensable y único que se debe preservar, con características propias en cada uno de los lugares donde se celebra. Lo diverso, lo inusual, lo diferente, y sobre todo lo auténtico, encuentran aquí un lugar de expresión y de reconocimiento. La fiesta popular por excelencia de Latinoamérica, que se replica de la Argentina a Panamá y más allá, en cada uno de los diferentes lugares y con su propia característica, tiene varios denominadores comunes que encuentran en la música, el baile, los vestuarios, la escenografía, una laboriosa mezcla de artes escénicas, un hilo conductor. Y hay otro rasgo, uno que no es palpable, que no es tangible. Y es la intensidad con que se vive la fiesta.
Desde Gualeguaychú y Corrientes en el Litoral, pasando por la Ciudad de Buenos Aires, hasta La Chaya riojana y el carnaval de Tilcara en Jujuy, en el Noroeste, un repaso por las mejores fiestas carnavaleras del país, que alcanzan su cenit durante los feriados de febrero. Porque la alegría no es sólo brasilera.
GUALEGUAYCHU, PARA TODO EL PAIS El sábado pasado arrancó la fiesta carnavalera más larga y pomposa de la Argentina. En Gualeguaychú, el carnaval dura dos meses, es decir que hay tiempo durante todo el verano para hacerse una escapada. Cada sábado, desde su apertura el pasado 9 de enero y hasta el 27 de febrero, incluyendo los feriados de carnaval (6, 7, 8 y 9 de febrero), se repiten los desfiles en El Carnaval del País. Hay cinco comparsas en la fiesta entrerriana, pero son sólo tres las que tienen el honor de desfilar anualmente ante las 35 mil personas que llegan a colmar el Corsódromo semana a semana. Esta edición, teñida por las recientes inundaciones que afectaron gravemente el Litoral, se recibieron donaciones para las familias evacuadas de Concordia. En Gualeguaychú también sufrieron la creciente, pero los daños fueron menores y el carnaval se puso en marcha normalmente: sólo en la primera jornada asistieron unas 20 mil personas.
Los preparativos comienzan con varios meses de anticipación, los trajes se van cosiendo a fuego lento en marzo, y el trabajo se acelera con el paso del tiempo, para llegar a punto y hacerse visible sólo nueve meses después, cuando finalmente se encienden las luces del Corsódromo y cada una de las comparsas despliega toda su parafernalia y los brillos de su más novedosa creación. En la laboriosa trastienda de la fiesta se confeccionan los trajes de miles de lentejuelas y espaldares con plumas exuberantes; se construyen las carrozas y se maquilla a los personajes como las reinas y pasistas, bastoneras y bailarinas, animadores y músicos, entre los aproximadamente trescientos integrantes que salen a desfilar.
Este año compiten por el primer lugar las agrupaciones MaríMarí, que fue la ganadora del año pasado y abrió el desfile del sábado, Papelitos y O’Bahía, mientras que Kamarr –que ganó en las categorías Batucada y Pasista– y Ara Yeví –que se alzó con los premios de Portabandera y Traje de Fantasía– quedan afuera, a la espera de volver en 2017. La mecánica es la siguiente: la comparsa que suma más puntos entre todas las categorías es la campeona de la edición, y así podrá volver a participar en la próxima. Mientras que las dos comparsas restantes, “descienden”, es decir que le dejan lugar a las que quedaron afuera. Los vestuarios, las coreografías, las carrozas y la música son algunos de los ítems analizados por el jurado, que en el último desfile del 27 de febrero abrirá los sobres y anunciará el ganador. Los “argumentos” o temáticas de las comparsas van cambiando año tras año. En esta edición, MaríMarí preparó “Bazofia”, que habla del medioambiente, donde prima lo descartable y reina lo efímero; mientras que O’Bahía compuso “Que bicho te picó” y abordó el tema de un mundo agobiado por problemas, en el que la gente no se detiene en los pequeños detalles que hacen que todo funcione; y Papelitos compuso “Allegra”, una oda al brillo de la vida
En Gualeguaychú también se abre la posibilidad para que aquellos fanáticos que sueñan con desfilar puedan calzarse un traje propio para salir con su comparsa favorita, y así tener su noche de gloria. Porque más allá de ganadores o perdedores, lo que importa es desfilar.
Más información y compra de entradas en www.turismoentrerios.com/gualeguaychu/carnaval.htm
CORRIENTES, CAPITAL NACIONAL En este 2016 la capital correntina festeja 50 carnavales de su era “moderna”. Hacia fines del siglo XIX, los bailes de carnaval se desarrollaban en las calles. En aquellos tiempos, eran festejos espontáneos e informales. Fue en la década del sesenta, con el nacimiento de las comparsas Copacabana y Ara Berá, que el carnaval correntino adquirió los ribetes que mantiene hasta hoy, el de un puñado de agrupaciones desfilando por una avenida, una mecánica que se mantuvo hasta el año 2013, cuando se inauguró el Corsódromo. Por un lado están las comparsas, que se forman con un mínimo de 230 integrantes y pueden llegar a tener hasta mil integrantes, desfilando en carrozas majestuosas que no escatiman en creatividad. Este año participan AráBerá (última campeona), Copacabana, Sapucay y ArandúBeleza. Por otro lado están las agrupaciones musicales, que tienen un máximo de 180 integrantes y no utilizan carrozas. Más de la mitad de sus miembros pertenece a la escuela de samba, y el resto al cuerpo de baile. La mayoría son percusionistas, en tanto en las comparsas la mayoría son bailarines. Las agrupaciones que participan son Samba Total, Imperio Bahiano, Sambanda, Samba Show y Kamandukahia. Si bien históricamente la marcha fue la música más identificada en los comienzos, en los últimos veinte años también se metieron el samba enredo, la marchiña y el pagode, de raíz bien brasileña, entre otros que forman parte del repertorio de las comparsas y agrupaciones.
Hoy en día, hay dos fiestas en la ciudad: el “carnaval oficial”, que se desarrolla en el Corsódromo, donde participan las comparsas y las agrupaciones musicales. Y el carnaval barrial, del que participan más de 25 comparsas en seis noches de desfile por los barrios. Se trata de expresiones surgidas en los barrios más populares, que cuentan con identidad propia. El año pasado convocaron unas 30 mil personas en cada una de las noches de desfiles. Por otro lado, además de los desfiles en el Corsódromo, paralelamente se hace el Show de Comparsas, del que participan bandas y artistas de renombre.
Más información: www.corrientes.com.ar/carnaval.htm. Las entradas se pueden comprar en diferentes puntos de la ciudad de Corrientes y a través de la pagina www.topshow.com.ar.
TILCARA, DIABLO EN LA QUEBRADA Acá se celebra uno de los carnavales más auténticos, coloridos y originales de la Argentina. Rituales de una cultura ancestral y la influencia española se fusionan en esta fiesta que se desata en las calles, atraviesa la puerta de los hogares y se extiende por nueve días ininterrumpidos. El carnaval norteño está asociado a las fiestas de la abundancia de los pobladores originarios, quienes se ayudaban mutuamente para levantar la cosecha, y al terminar la labor se despachaban con un gran festejo para luego trasladarse a otro sembradío.
Hoy todo comienza con el “desentierro” del diablo, que este año arranca el sábado 6 de febrero. Cada comparsa se reúne en el “mojón” -un montículo de piedras que representa el lugar donde está enterrado- y en medio de un baño de harina, papel picado, espuma y cerveza, desentierra a la criatura para “decretar” el inicio del carnaval. Día tras día, comparsas como Pocos Pero Locos, Caprichosos, o Los Ahijaditos, por nombrar algunas de las mas populares, son seguidas por multitudes de puerta en puerta al ritmo de huaynos y carnavalitos. “¡Soltame carnaval!”, gritan los más poseídos, mientras recorren las distintas “invitaciones”, que consisten en detenerse, tocar y bailar frente a la puerta de una casa mientras se bebe chicha o “saratoga” (vino con frutas) de un tonel gigante hasta que se evapore totalmente. ¡Ojo! ¡Porque rechazarlo es descortés! Los diablitos, símbolos del carnaval, traen alegría y buena suerte. Pululan por todas partes en sus coloridos trajes repletos de espejitos. Bailan con toda mujer que se les cruce, revolean sus largas colas, y hablan impostando la voz para no ser reconocidos.
El miércoles de cenizas marca el fin del carnaval, pero no acá. Pegadito, los quebradeños se las arreglaron para inventarse el Carnaval Chico, una buena excusa para prolongar la fiesta un par de días más, que este año será hasta el domingo 14 de febrero, cuando todo concluya con el “entierro” del diablo, al que se quema para que vuelva a renacer de las cenizas al año siguiente, vigoroso y renovado. En la ceremonia, un grupo de diablitos gira alrededor del mojón en llamas y llora al unísono: la juerga llega a su fin.
Más información: www.carnavalargentina.com.ar/tilcara-humahuaca.php.
LA CHAYA RIOJANA La Chaya es una fusión de manifestaciones culturales que se da en tiempo de Carnaval, pero que no es precisamente el Carnaval. Hay un punto de contacto entre ambos, pero la Chaya es muy particular, es la fiesta carnavalesca riojana. También es un ritmo del folklore argentino, y un gran festival en el que se presentan las principales figuras de la provincia y el país. Y una leyenda dice que la Chaya además era una indiecita enamorada. La fiesta en entonces la recreación del casamiento entre ella y el otro personaje central de esta celebración, el Pujllay, su prometido. La Chaya es el festejo de la abundancia que realizaban los diaguitas que habitaban la región, un rito religioso, un ritual de agradecimiento a la Pachamama por los alimentos que recibían. “Chayar” significa rociarse con agua: se moja la tierra y se rocía a los chayeros. Se acarician los rostros con las manos llenas de harina, agradeciendo con este elemento los frutos y la posibilidad de recolectarlos. Todo eso es la Chaya, que se condensa en febrero en forma de carnaval, aún atesorando diversos significados.
Durante los días chayeros, en cada pueblo y en cada barrio se suceden los “topamientos” y las “coronaciones”, en los que el aire se carga de harina y olor a albahaca, y las cajas acompañan el cantar de las coplas.Se trata de dos grupos que se enfrentan en una calle adornada con flores y guirnaldas, y un arco donde se realiza el encuentro de las comadres y compadres. Los tradicionales topamientos son encuentros donde se recrea el casamiento de la Chaya con el Pujllay. Así, los vecinos interpretan los papeles principales: el novio y la novia, el cura, el policía, la cuma (madrina) y el cumpa (padrino). Luego del casamiento ficticio, los chayeros se dividen en dos grupos, mujeres de un lado y hombres del otro, y al ritmo de una chaya, saltan y se “topan”, se encuentran, se tiran harina. Luego del tercer “topamiento”, llega el momento cumbre: la quema del Pujllay. Los participantes cantan y bailan alrededor, se arrojan agua y harina hasta que el mítico muñeco queda reducido a cenizas.
La Fiesta Nacional de la Chaya, el festival folklórico y popular más importante de la provincia, cuyo primer antecedente es de 1969, se llevará a cabo del 11 al 15 de febrero en el predio del Autódromo Ciudad de La Rioja, con invitados como el Chaqueño Palavecino, Los Nocheros, Luciano Pereyra, Sergio Galeguillo, Los Tekis, y los Auténticos Decadentes, entre otros.
Más información: www.turismolarioja.gov.ar.
PORTEÑA Y MURGUERA El barrio y los amigos como núcleo y factor aglutinador. La barra de la esquina como germen de la murga. Así nacieron estas agrupaciones que se reunían para salir en carnaval, a cantar por las calles con instrumentos caseros como tambores hechos con ollas o maracas. Las canciones, de tono picaresco y doble sentido, también teñían el nombre de la murga, como “Los amantes de las chicas bien” o “Los Farristas”. Así, las murgas fueron evolucionando, se prohibieron en la dictadura y resurgieron con fuerza, sobre todo en la década del 90, al mismo tiempo que fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires en el año1997. En estos tiempos el nombre de la murga tiene la impronta del barrio, que es la señal de identidad, como Los Chiflados de Boedo, Los Amantes de La Boca o Los Elegantes de Saavedra, por citar sólo algunas de las más de cien las agrupaciones que se aprestan a salir desde el fin de semana del sábado 23 y domingo 24 de enero hasta el 27 y 29 de febrero, incluyendo los cuatro días del feriado de carnaval, por los 37 corsos organizados en los diferentes rincones de la ciudad.
El carnaval porteño es un espectáculo totalmente callejero y gratuito. Así, la capital se animará una vez más con el ritmo pegadizo, el bailecito frenético y las canciones de protesta que imponen las murgas, que le imprimen frescura al caluroso asfalto porteño.
Más información: www.buenosaires.gob.ar/areas/cultura/carnaval/
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