Cuando un turista compra un paquete para visitar la Patagonia, por lo general se lo lleva primero a Tierra del Fuego y luego a Santa Cruz, porque se considera que, después de estar frente al glaciar Perito Moreno, cualquier otro paisaje patagónico puede parecer deslucido. Pero esta es una verdad a medias, ya que muchos de los visitantes se van de la provincia fueguina sin visitar sus mejores lugares. Quizá más que ningún otro destino del país Tierra del Fuego es ideal para viajeros inquietos que no se conforman con los mandatos del tour tradicional. Aquel visitante que se limite a un viaje relámpago de dos o tres días se llevará una visión parcial de Tierra del Fuego, aunque de todas maneras, impactante. Por el contrario, para explorar esta provincia y rozar la belleza virginal de sus paisajes –equiparables realmente a los de Santa Cruz–, hay que salirse del asfalto, ya sea a pie, a caballo o en una cómoda camioneta 4x4. Y en segundo lugar, hacen falta unos días más.

Trekking a la laguna Esmeralda. Las caminatas son la forma ideal para compenetrarse con un paisaje y captar con todos los sentidos la esencia de un lugar (también es la alternativa más cansadora). Una excursión que todo viajero de ley no debería perderse al visitar esta provincia es el trekking a la laguna Esmeralda. Pero hay que decirlo con todas las letras: son 5 horas de caminata mojándose mucho los pies, aunque al llegar a la laguna la belleza del paisaje compensa ese gran esfuerzo.
El trayecto comienza 20 kilómetros al norte de Ushuauaia, en el Valle de Tierra Mayor, al pie de la Cordillera de los Andes. Directamente desde el borde de la carretera nos internamos en el bosque, y en el camino sorteamos arroyos sinuosos donde las truchas se ven a simple vista. Más adelante se avanza por un bosque centenario de lengas y cohiues, para desembocar luego en un turbal. Esta formación es una depresión creada por un glaciar que ya no existe, en cuyo lugar quedó un terreno muy húmedo donde la materia orgánica casi no se descompone debido a las bajas temperaturas. Allí crecen algunas gramíneas y por sobre todo mucho musgo, que al morir se acumula formando el acolchonado terreno anegadizo de la turbera.
Al fondo del paisaje se levanta una gran cadena montañosa; hacia allí nos dirigimos por un camino que recorre el filo de un cerrito rocoso de unos 30 metros de altura y desemboca de repente en una descomunal hoyada montañosa en cuyo centro está la laguna inmóvil de color esmeralda, perfectamente redonda. Sobre el agua flotan trozos de hielo a la deriva, y en la orilla hay unos troncos caídos que nos sirven de asiento para el almuerzo. El regreso es por el mismo camino de ida, hasta completar ocho kilómetros y medio. El precio de la excursión es de $ 55, y hasta ahora no hay nadie que se haya arrepentido del esfuerzo.

Glaciares y cuevas. Aquellos que busquen una aventura mayor pueden doblar la apuesta y extender el trekking de laguna Esmeralda hasta el glaciar Ojo de Albino. En este caso la excursión es de un día completo, río arriba por el principal afluente de la laguna. Al llegar al glaciar se despliega ante nosotros el paisaje de extrema blancura que vamos a explorar. El guía nos entrega los correspondientes grampones para evitar los resbalones sobre el hielo, y sólo resta caminar hasta el Mirador del Beban. La excursión –que incluye la visita a la laguna Esmeralda– cuesta $ 120 y, como todas las otras, se realiza exclusivamente en época veraniega.
Hay un tercer trekking que muchos guías locales consideran el más interesante de todos. Se realiza también desde el Valle de Tierra Mayor, y el destino final son las Cuevas del Alvear. Lo llamativo de la excursión son las cuevas de 4 metros de altura que se abren en la pared de un glaciar. Y el desafío, recorrer su interior a través de un túnel transparente de color azul muy luminoso que lo atraviesa a lo largo de 400 metros. A medida que se avanza, el túnel de hielo >>>
se va estrechando hastaque finalmente se sale al otro lado del glaciar. La excursión cuesta $ 120.

En 4x4 al lago Fagnano. Una travesía en 4x4 por Tierra del Fuego es una verdadera excursión de aventuras cuya ventaja principal es que el viajero no debe realizar el más mínimo esfuerzo salvo el de sujetarse bien fuerte. Uno de los circuitos más interesantes es el que llega hasta el lago Fagnano, de 100 kilómetros de largo. Es el más grande de la isla y está rodeado por las montañas del confín del mundo: esos cerros que en el verano muestran sus bases de piedra negra al desnudo, mientras que en las cumbres se mantiene desde siempre el blanco inmaculado.
El paseo comienza por la ruta 3, a través de la cordillera fueguina, pero la aventura realmente empieza cuando la camioneta se desvía por senderos intransitados abiertos por antiguos leñadores. El ondulado camino avanza por un umbroso bosque de lengas, árboles que se ramifican recién en lo alto para poder captar la mayor cantidad del escaso sol, tapando así el cielo. Cuando aparecen árboles caídos obstruyendo el paso, nuestro guía baja –hacha en mano– para correrlos del camino. Finalmente descendemos hasta el lago y comenzamos a recorrer la orilla pedregosa hasta que otro gran tronco –imposible de mover– nos obliga a entrar en las aguas del lago para continuar bordeando la costa, mientras las olas golpean las puertas de la camioneta y salpican los vidrios. Ya es hora de comer y comienzan los preparativos para lo que –en opinión de muchos– es la parte más importante de la excursión: el asado. Los guías juntan leña seca junto a un arroyo, mientras los viajeros se van entonando con un vino tinto y una picada con salame y queso. A media tarde, extasiados de tanta belleza y comida, emprendemos un regreso no exento de emoción. Tras una curva la camioneta queda irremediablemente atascada en un pozo de barro. del cual los guías la liberan con la fuerza del malacate, una especie de grúa con un motor independiente que la 4x4 lleva sobre el paragolpes delantero. La excursión cuesta $ 150, con el asado incluido.

Al paso, paso; al trote, trote. Una cabalgata por los faldeos del monte Susana es una buena forma de acercarse a lo más representativo de los paisajes fueguinos. En apenas dos horas se recorren segmentos de costa, montaña, bosques nativos, y se obtienen vistas panorámicas de la ciudad de Ushuauaia, el canal de Beagle y las islas chilenas de Navarino y Hoste.
Se parte desde el Centro Hípico del Fin del Mundo, vadeando el río Pipo con rumbo al canal de Beagle. Al subir por el faldeo del monte Susana recorremos un sector talado por los antiguos presos del Penal de Ushuauaia que nos lleva hasta un típico bosque subantártico de lengas, ñires, guindos y ese arbusto tan característico de la Patagonia conocido como notro. Desde lo alto de la montaña se divisa la península de Ushuauaia y la cerrada bahía que alberga a la ciudad. La cabalgata es sencilla, dura dos horas y cuesta $ 55.
Una cabalgata un poco más completa es la que se realiza en Los Valles, con una duración de dos días y una noche, durmiendo en un campamento. En esta excursión se recorren bosques muy densos en el Cañadón de la Oveja, zonas pantanosas con kilométricos turbales, pronunciadas subidas y senderos rocosos de piedra laja. El tiempo de marcha diario es de 6 horas, y se hacen 30 kilómetros por jornada. El precio, incluyendo la carpa y las comidas es de $ 445 por persona.