Dom 29.10.2006
turismo

INGLATERRA > VIAJE A LA CUNA DE LA REVOLUCIóN INDUSTRIAL

En el puente de Ironbridge

En 1781 se inauguró en los alrededores del actual pueblo de Ironbridge el primer puente de acero de la historia, un símbolo de la Revolución Industrial. El “Ironbridge” fue construido en la zona donde Abraham Darby fue pionero en producir acero de forma económica al idear la técnica de fundido de hierro, que sustituyó la leña por el carbón de coque.

› Por Julián Varsavsky

En el período que va entre 1750 y 1850 confluyeron en Inglaterra una serie de factores que dieron lugar a la Revolución Industrial, surgiendo así el capitalismo más descarnado que cobró auge en las grandes ciudades que se alimentaban de campesinos convertidos en obreros. Era el tiempo del hacinamiento habitacional, las jornadas interminables y el trabajo infantil, que aparecieron en paralelo a las grandes fábricas y a una clase burguesa que desplazaba a la aristocracia. En el condado de Shropshire –en el centro oeste de Inglaterra– existe un pueblo llamado Ironbridge que, un poco arbitrariamente, es considerado el lugar de nacimiento de la Revolución Industrial. A esta altura de la historia está demostrado que aquella revolución fue resultado de una larga suma de factores que por supuesto no estaban todos concentrados en aquel pueblito. Sin embargo, sí es cierto que allí se dio un paso clave que contribuyó a desencadenarla. Y fue el hecho de que Abraham Darby desarrolló en 1709 un método para fundir el hierro utilizando carbón de coque –obtenido en unas minas cercanas– para producir calor, dejando de lado la “poco” combustible leña vegetal. Este sencillo cambio resultó fundamental para fundir toneladas de hierro a bajo costo y producir el resistente acero. Así que en pocos años se desarrolló la industria del acero en la zona, que incluía los poblados vecinos de Coalbrookdale y Broseley.

El nieto de aquel primer fundidor se llamaba Abraham Darby III y fue quien en 1777 impulsó la construcción del primer puente de hierro de la historia, hoy declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En pleno furor del desarrollo industrial, cruzar el río Severn resultaba algo problemático dependiendo de la fuerza de la corriente, así que surgió la idea de construir un puente. Como los principales beneficiarios serían los industriales, éstos se pusieron de acuerdo para financiar la construcción –previa autorización de Jorge III–, la cual recayó básicamente en el principal productor de acero, Abraham Darby III.

El diseño se le encargó al arquitecto Thomas Farnolls Pritchard y la construcción se hizo entre 1777 y 1781. Al no haber experiencia alguna en puentes de acero se creó una estructura de 800 piezas de encastre que seguían modelos propios de la carpintería. Pero hubo un mal cálculo en la planificación de los costos de producción. El presupuesto de 3200 libras contemplaba la utilización de 300 toneladas de acero cuando finalmente fueron necesarias 79 toneladas más. A un precio de 7 libras por tonelada los números no cerraron, así que Darby III tuvo que desembolsar un costo final de 6 mil libras, una diferencia importante que lo dejó endeudado por el resto de su corta vida.

LA CONSTRUCCION Una gran incógnita que se develó hace pocos años fue el método de construcción utilizado. Por lo general se asumía que se lo fue construyendo desde cada orilla –para no interrumpir el tráfico de los barcos– hasta que las dos mitades de ese gran arco de acero chocaran a medio camino. Sin embargo, hace unos años apareció en Estocolmo una acuarela de la época –la única que existe– que mostraba al Ironbridge en el momento de su construcción. Y para sorpresa de todos, la forma elegida por el arquitecto resultó ser algo distinta, ya que se veía una barcaza desde la cual se iba construyendo el puente. Aprovechando el descubrimiento, un equipo de investigadores decidió levantar en un pueblo cercano una réplica a media escala para estudiar la técnica de construcción del primer puente de hierro de la historia. Para ello recurrieron a modelos virtuales en tres dimensiones mientras la BBC de Londres realizaba un documental sobre el tema, quedando demostrado que el método utilizado según la polémica acuarela –que algunos consideraron falsa– era perfectamente factible.

Los registros históricos informan que apenas tres años después de su inauguración el puente comenzó a tener fisuras producidas por el movimiento del agua. En 1802, los refuerzos de mampostería fueron removidos y reemplazados con madera, la cual duró 19 años hasta que un arco de hierro fueron instalados perdurando hasta hoy. En 1926 se evaluó la posibilidad de demoler el puente debido a su inestabilidad. Sin embargo, en 1934 se cerró el tráfico vehicular y se lo declaró monumento histórico. Por último, en 1950 fue cerrado también a los peatones.

Hoy en día Ironbridge y sus alrededores dejaron de ser un pueblo industrial erizado de chimeneas, recuperando así la paz de la naturaleza y la vida reposada. Pero quedaron por todas partes los museos que recuerdan las viejas industrias del acero y el carbón, donde se exhiben toda clase de piezas tecnológicas primitivas y los retratos de los industriales que fueron los primeros capitalistas de la humanidad. Aunque curiosamente faltan las imágenes de tres de los más emblemáticos –las tres generaciones de los Darby–, quienes no es que hayan sido olvidados sino que, por ser cuáqueros –una religión local–, no se tomaban fotografías por considerarlas un símbolo de vanidad.

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