El funcionario quien está a cargo de negociar las indemnizaciones para el traspaso al Estado de la mexicana Cemex, la francesa Lafarge y la suiza Holcim confirmó que "el Ministerio del Trabajo ha emitido una instrucción para evitar los despidos en estas cementeras".

La compañía Cemex, que controla casi el 50 por ciento de la producción de cemento venezolano, emplea a unas 3 mil personas, mientras que Lafarge y Holcim tienen una nómina de unas 800 personas cada una. Además de los empleados de las empresas cementeras, el gobierno chavista debe absorber a unos 14 mil obreros de la siderúrgica Ternium-Sidor, de mayoría accionaria argentina y que Venezuela decidió nacionalizar esta semana.

Vale recordar, que en el 2007 absorbió a unos 16.200 trabajadores de la empresa de telecomunicaciones CANTV y la Electricidad de Caracas, nacionalizadas, así como de las empresas mixtas en el área petrolera controladas por la compañía pública Petróleos de Venezuela.

En el país sudamericano, hay unos 2,1 millones de empleados públicos, sobre un total de 6,5 millones de personas con un trabajo formal. Su fuerza laboral es de unas 19 millones de personas, de las cuales sólo unos 12 millones son considerados como activos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas.