"Ellas nunca protagonizaron un acto de violencia, nunca una amenaza, nunca un ejercicio de intolerancia hacia el otro y eso que no les habían cobrado impuesto ni les habían pedido dinero sino les habían quitado a los hijos", aseveró la mandataria al encabezar un acto en el partido bonaerense de Avellaneda.

La Presidenta pidió este mediodía "el compromiso de todos nosotros de trabajar codo con codo, brazo con brazo" por la Argentina, porque "todavía hay muchos argentinos sin trabajo, sin casa, que necesitan ir al colegio para comer".

"Hemos avanzado mucho, pero todavía falta, y como todavía falta es imprescindible que todos y los que más tienen comprendan que falta mucho por hacer en esta Argentina", dijo la Presidenta al encabezar el acto en el Club Independiente.

Agregó que "como somos optimistas por naturaleza, porque trabajamos todos los días para cambiar la realidad, no con palabras o discursos sino con trabajo y recursos" es que "estamos obligados a darles a todos las mismas oportunidades".

La primera mandataria afirmó que la redistribución del ingreso "no sólo es un discurso, sino una realidad cotidiana". "Ese debe ser el compromiso de quienes gobernamos en nombre del pueblo, no para renegar del resto de la sociedad", dijo Cristina, y abogó por afianzar el "ascenso social" de los sectores menos favorecidos.

Aseguró hoy que se siente "más que nunca presidenta de los argentinos" cuando puede asegurar que el gobierno está trabajando para que "todos y cada uno de los argentinos puedan tener casa y trabajo". "Desde la gestión de un gobierno, desde el Estado, estamos ante la responsabilidad política y moral de reparar esa injusticia de vivir una vida que no se quiere y que merece ser mejor".

A su vez, Cristina Fernández de Kirchner destacó que el juicio iniciado contra el represor Luciano Benjamín Menéndez "es un ejemplo del país que somos", en el que se respeta "aun a los que violan los derechos de otros".

"(Menéndez) tiene la oportunidad que no tuvieron miles de argentinos", advirtió Cristina.