"Les digo a los compañeros de las FARC que sí, que estoy dispuesto a brindar mis aportes en una iniciativa seria de paz en Colombia que actualmente es un foco de inestabilidad para toda la región", dijo Ortega al leer la carta que le remitieron los insurgentes fechada el 26 de julio.

Según una versión del diario nicaragüense La Prensa, el primer contacto podría producirse este sábado en Managua, con motivo de la celebración del 29 aniversario de la revolución sandinista, a la que asistiría una "delegación del Secretariado de las FARC", además del presidente venezolano Hugo Chávez.

El mandatario centroamericano advirtió que ese conflicto "no se resolverá por la vía militar" ni por "el aniquilamiento de las FARC", y dijo que así se lo expresó personalmente al mandatario Uribe al señalarle que "debe pensar seriamente en la solución pacífica", informaron las agencias Ansa y DPA.

"Creo que se está a tiempo para que se trabaje seriamente en una propuesta de paz, y nosotros tenemos toda la disposición de contribuir a ese proceso", afirmó al hablar ante miles de simpatizantes de la izquierda sandinista en el gobierno, en la ciudad de Estelí, a 145 kilómetros al norte de Managua.

Ortega llegó a romper en marzo relaciones diplomáticas con Bogotá en respaldo a la postura de Ecuador, que denunció la violación de su soberanía territorial por parte de fuerzas militres colombianas para atacar un campamento de las FARC y matar al segundo líder de la guerrilla Raúl Reyes.

La tensión entre Managua y Bogotá también fue alimentada por un conflicto de límites marítimos que ambos países enfrentan desde hace siete años y sus desavenencias sobre la consideración de las FARC, que Ortega entiende es una fuerza "revolucionaria" y "legítima".

En la nota, las FARC rechazaron dialogar con el gobierno de Colombia en busca de un acuerdo de paz y pidieron "hablar personalmente" al respecto con Ortega.

"Siempre entendimos la concreción del acuerdo de canje humanitario como un paso inicial hacia la generación de un ambiente propicio para hablar de paz, pero se ha demostrado hasta la saciedad que Uribe no está programado por los gringos ni para el canje ni para la paz", afirma el texto.

La misiva, formalmente dirigida a Ortega, agrega que "sólo un nuevo gobierno, verdaderamente democrático, surgido de un gran acuerdo nacional, podría retomar el camino de la búsqueda de una solución política al conflicto social y armado que vive Colombia".

"Sobre estos asuntos de la guerra y de la paz desearíamos hablar personalmente con usted o su delegado", señala el texto.

La carta está fechada seis días antes de la liberación de la franco colombiana Ingrid Betancourt, el 1 de julio, y de otros 14 rehenes, entre ellos tres ciudadanos estadounidenses.

Los insurgentes agradecieron a Ortega "por su compañía en momentos tan difíciles para la organización como los asesinatos de Raúl e Iván Ríos, y la muerte de nuestro Comandante en Jefe, Manuel Marulanda Vélez, ante quien hemos jurado vencer, y venceremos".

También entienden "muy valiente su decisión de concederles asilo político a las guerrilleras Susana y Diana, sobrevivientes del ataque artero de Bogotá y Washington al campamento transitorio de Raúl, cuando la hipócrita política antiterrorista del imperio intenta chantajear el decoro de gobiernos independientes y satanizar las luchas de los pueblos".