El discutido decreto sobre la seguridad adoptado por el Ejecutivo, entró hoy en vigor en Italia con el desplazamiento de militares en las ciudades y en los sitios considerados "sensibles", informó la agencia de noticias Ansa.

El plan de desplegar militares en las ciudades para vigilar sitios fijos y patrullar junto con las fuerzas de policía las zonas consideradas riesgosas, tiene una duración prevista de seis meses tras el cual se evaluarán los resultados.

Mil militares se ocuparán de la vigilancia de objetivos "sensibles" (51 en Roma, 20 en Milán y 1 en Nápoles); mil para el control de los centros de recepción de inmigrantes, y mil para las patrullas mixtas en nueve ciudades, entre ellas Roma, Milán, Nápoles, Palermo y Turín.

Los soldados, que recibieron un adiestramiento específico, tendrán el estatus de agentes de seguridad pública, pero no de agente de policía judicial: podrán identificar y allanar pero no arrestar, salvo en caso de sorprender a las personas cometiendo un delito.

Los militares en patrulla, procedentes de todas las fuerzas armadas, pero en gran parte del Ejército, usan el uniforme de verano (pantalones y camisa de manga corta) y están armados con pistola corta.

En cambio, los que vigilan los objetivos "sensibles" y los centros de inmigrantes, llevan el uniforme camuflado y fusil. En Roma, en esta primera fase son 400 los soldados empleados, entre ellos, 32 mujeres. Desde hoy controlan unas diez estaciones de subterráneos, embajadas y el centro de inmigrantes de Ponte Galeria.

En Milán, los primeros 150 soldados fueron destinados a algunos objetivos "sensibles", como la Catedral y consulados, y a la vigilancia de las zonas de la estación ferroviaria central y algunos barrios.

El único objetivo vigilado por los soldados en Nápoles es el consulado estadounidense, mientras las patrullas se ocupan del centro de la ciudad y de los municipios del cinturón urbano.

La puesta en marcha del plan cuesta al estado 31,2 millones de euros en el 2008 y la misma cifra para el 2009.