"Todos están fuera de peligro", afirmó el vocero del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Alejandro Yapur.

Sin embargo, familiares de los presos presentes en los alrededores de la prisión aseguraron a los cronistas que en el interior del centro de reclusión habría habido un interno herido por arma blanca y otro por disparos de balas de goma.

Otras fuentes oficiales aseguraron que al final del operativo, que tuvo lugar en un pabellón de la quinta planta del presidio, se originó una pelea entre tres internos, uno de los cuales recibió fuertes golpes y debió ser atendido en la unidad sanitaria de la cárcel.

El procedimiento fue ordenado por la jueza federal María Servini de Cubría, en el marco de una causa que investiga secuestros virtuales que, supuestamente, nacen en llamadas telefónicas que habrían salido desde el penal de Villa Devoto.

Un vocero del Servicio Penitenciario indicó que la requisa permitió el secuestro de varios celulares y chips que se encontraban en poder de los internos, ocultos en el pabellón.

Luego del procedimiento, según indicaron fuentes del SPF, tres internos comenzaron a acusarse mutuamente sobre quién había alertado a los guardias sobre la ubicación de los teléfonos móviles, y se trenzaron en una feroz pelea a golpes, que terminó con uno de ellos herido.

En tanto, el Procurador Penitenciario, Francisco Mugnolo, precisó que fueron 19 los presos lesionados.

Mugnolo indicó por su lado que del total de lesionados sólo uno fue como consecuencia de una pelea entre presos, mientras que los 18 restantes fueron "durante una confrontación con personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF)".

Asimismo, dijo que en la reyerta hubo "cinco o seis" agentes penitenciarios lesionados.

Según Mugnolo, el allanamiento se desarrolló con normalidad y "se secuestraron varios teléfonos celulares y un chip", pero cuando culminó se inició una pelea entre algunos presos.

"Al terminar el allanamiento, apareció dentro del pabellón una especie de discusión entre algunos internos generada, fundamentalmente como reproche a los penitenciarios. Los internos quemaron un colchón y empezaron a poner cosas sobre la reja para que no ingresen (los guardiacárceles)", señaló Mugnolo, que actúa como ombudsman de los reclusos.

"Cuando empezó el fuego los internos no permitían acercarse a los penitenciarios y el director del penal ordenó ingresar.

Entonces subieron con las mangueras", explicó el Procurador al dar su versión sobre el origen de la reyerta.