"He abierto el debate con los diferentes sectores opositores, que manden razones, no caprichos. Voy a insistir todavía (en el diálogo), pero si no quieren acordar, estamos obligados a unirnos todos los movimientos sociales del campo y la ciudad para garantizar esta transformación profunda, esta refundación para los bolivianos", dijo el jefe de Estado boliviano.

El presidente formuló esta advertencia al cerrar dos días de debate de las organizaciones sociales afines al gobierno que se reunieron en Cochabamba, luego de su contundente triunfo en el referendo revocatorio en el que fue ratificado por más de los dos tercios del electorado, pero también de la radicalización de las protestas de los prefectos (gobernadores) opositores.

Esa oposición regional decidió evitar la aprobación de la nueva Constitución y resolvió el viernes en la localidad de Villamontes, Tarija, nuevas medidas de protesta, entre ellas bloquear las rutas a la Argentina y Paraguay desde el lunes. También, analizó el posible cierre de válvulas de gasoductos hacia aquellos países, como forma de radicalizar las protestas para recuperar el recorte del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) dispuesto por el gobierno para cofinanciar una renta universal a la vejez, y una plataforma ya no sólo autonomista sino separatista.

Incluso el presidente del opositor Comité Cívico del Beni, Alberto Melgar, advirtió que la población de este departamento (provincia) quiere alzarse en armas para provocar una revolución, informó el diario paceño La Razón. "La situación en Beni es insostenible, se nos está yendo cada vez más de las manos; estamos abogando para que no exista violencia porque hay gente que quiere empuñar las armas, yo quiero decirle eso con mucha precisión: hay gente que quiere empuñar las armas para armar una revolución", advirtió en declaraciones a

radio Panamericana.

Por su parte, el presidente Morales advirtió, citado por la Agencia Boliviana de Información (ABI), que los cívicos y prefectos opositores "ahora están convocando a la toma de válvulas; eso es atentar contra el pueblo boliviano. Vamos a garantizar la seguridad de las válvulas de gas".

El gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) y partidos aliados aprobaron el 14 de diciembre en Oruro, el nuevo texto constitucional que incorpora las autonomías departamentales, pero también indígenas, ratifica la nacionalización de los recursos naturales y es rechazada por los opositores prefectos y

movimientos cívicos de la "media luna" (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando).

Hugo Morales, dirigente campesino de Oruro, y hermano del mandatario indígena, anticipó, citado por la agencia alemana de noticias DPA, que la posición de su sector es que se convoque a la brevedad posible a un referendo nacional para aprobar la nueva Constitución.

Fidel Surco, dirigente de los colonizadores de Bolivia, aseguró que en su sector ya fijó el 26 de agosto como plazo máximo para que el presidente Morales pida al Congreso la convocatoria a ese referendo ratificatorio de la nueva Constitución.

Por el contrario, la reunión opositora de Villamontes planteó más que duplicar el precio del gas que se vende a Argentina y Brasil y eliminar el control de La Paz sobre las tierras del oriente, que quedarían en manos exclusivas de sus gobiernos regionales.

"Los prefectos de los departamentos en coordinación con los gobiernos municipales procederán al 'saneamiento' (control de títulos y su carácter productivo o especulativo) de la tierra. Nadie mejor que ellos que conocen su territorio", dijo Roberto Gutiérrez, vicepresidente del Comité Cívico pro Santa Cruz.

Por otra parte, los pobladores de Sucre admitieron hoy que ya se siente el desabastecimiento de alimentos en el cuarto día del cerco de campesinos del interior del departamento de Chuquisaca, quienes exigen que la prefecta opositora Sabina Cuéllar reconozca a los subprefectos elegidos en sus municipios. "Ya no hay carne ni varios productos. La gente está preocupada

y pide que la prefecta Cuéllar llegue a un acuerdo con los campesinos. Sólo se puede viajar por avión y la demanda es enorme. Estamos aislados por completo", reportó un periodista de la emisora católica Fides.