Lun 08.09.2008

20:29  › JUICIO POR CROMAñóN

Según los bomberos, se encendieron 27 bengalas

Un total de 27 bengalas detonadas fueron encontradas tras el incendio ocurrido en el local República Cromañón, el cual provocó 194 muertos, según un informe elaborado por bomberos de la Policía Federal que fue leído hoy en el juicio oral que se realiza por el caso.

En la novena jornada del debate que realiza el Tribunal Oral Criminal 24, el informe reveló que esas bengalas eran "coincidentes" con otros elementos pirotécnicos hallados en oficinas administrativas del local del barrio porteño de Once cuando fue allanado por la Justicia.

Estos datos complican la situación de Omar Chabán, ex gerenciador del local, y de la banda Callejeros, a quienes se los acusa por no haber realizado un cacheo minucioso la noche del 30 de diciembre de 1994 y permitir el ingreso de pirotecnia.

Mientras se exhibían por primera vez en el juicio fotografías de bengalas, petardos, candelas de 30 tiros y foguetas de tres, el estudio de los bomberos remarcó que "su uso estaba prohibido en espacios cerrados y su venta prohibida a menores de 18 años".

Sobre el incendio, los bomberos concluyeron que se produjo por el contacto de las bengalas con materiales del techo, que eran espuma de poliuretano, guata y media sombra, la cual colgaba a unos 60 centímetros de la loza.

"La media sombra aumentó la capacidad de temperatura y la peligrosidad en el lugar. Como es un derivado del petróleo, iba goteando una brea y causando quemaduras a la gente, lo cual contribuyó al pánico", explicó el perito de bomberos Alfredo Coco, quien inspeccionó el local dos horas después del siniestro y fue el primer testigo de la jornada.

Mientras los familiares miraban acongojados, una pantalla exhibió un gráfico de cómo fue el desarrollo del fuego, que se inició en el centro del techo y fue bajando, afectando primero a quienes estaba en el entrepiso y luego al resto.

Es que los materiales desprendieron una combinación letal de gases, entre ellos monóxido de carbono y cianuro de hidrógeno, éste último 20 veces más tóxico que el anterior.

Coco sostuvo que "cualquier elemento pirotécnico de los que se usaron podría haber causado el incendio y que no se puede saber si fue una bengala o un tres tiros".

A continuación, explicó que pese a que el foco del incendio era de sólo 30 centímetros y se extinguió en 10 minutos porque una viga impidió que siguiera avanzando, los gases continuaron bajando hasta la pista "impidiendo la respiración normal de la gente y generando fallas en el sistema nervioso".

Agregó que el efecto en las personas comenzó a sentirse unos 13 minutos después de iniciado el siniestro, pero que la gente no advirtió que el fuego había comenzado hasta unos tres minutos después de que se tiró la bengala, porque el mismo humo de la pirotecnia impedía verlo.

Respecto de los extractores de aire, el perito Marcelo Ochoa, segundo testigo, explicó que no se pudo determinar si funcionaban al momento del incendio y que en caso de que así fuera, "la masa de humo se hubiera ido por la ventilación forzada".

Agregó que si la puerta de emergencia se hubiera abierto (tenía candado y alambres) "la cantidad de gases también hubiera disminuido".

Si bien el informe destacó que el sistema contra incendios estaba en general en buenas condiciones -había tanques de agua e hidrantes suficientes-, 15 matafuegos estaban despresurizados y ninguno tenía la tarjeta municipal de control de carga.

Sin embargo, el perito Coco reconoció que los matafuegos no sirven para apagar este tipo de incendio debido al compuesto químico del polvo, que lo hubiera avivado aún más.

A pedido del fiscal Jorge López Lecube, se exhibió por primera vez el video en el que se ve el comienzo del recital de Callejeros, en el que el cantante Patricio Santos Fontanet les dice a los asistentes: ¿Se van a portar bien?.

Mientras algunos familiares optaron por salir de la sala y otros se quedaron y lo vieron con lágrimas en los ojos, la idea fue que se viera y escuchara el momento de un estruendo que sería el del elemento pirotécnico que dio inicio al fuego.

Los peritos dijeron que no podían aseverar eso porque en el video no se veía el impacto sobre el techo.

El tercer testigo en declarar fue el ingeniero en electrónica Ricardo Siciliano, presentado por la querella de José Iglesias, quien enumeró serias irregularidades que detectó en el boliche cuando en abril último se hizo una inspección ocular.

Lo más saliente fue que halló que un tablero del sistema de alarmas "tenía el zumbador obturado por una sustancia que parecía ser chicle o Poxipol" y que habría sido colocado con la intención de que ante un incendio, no diera la señal correspondiente.

También dijo que todo el cableado del local estaba mal realizado, ya que se juntaban cables de energía, datos y teléfono y que no habían instalado correctamente los detectores de humo ni las indicaciones de las salidas, ya que una, por ejemplo llevaba directo a una pared.

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