Al hablar durante un almuerzo que le ofreció el gobierno brasileño encabezado por su presidente, Luiz Lula Da Silva en Itamaraty, sede de la cancillería del país vecino, Cristina señaló que se debieron sortear tres obstáculos para "construir la integración entre Argentina y Brasil".

"El primer obstáculo fue la locura histórica de dos naciones que tuvieron como hipótesis de conflicto los ejes para la no integración, incluso con amenazas de invasiones territoriales", dijo.

Agregó que "esto fue no hace mucho tiempo porque había que obstaculizar todo lo que tuviese que ver con la posibilidad de traslado de las fuerzas brasileñas".

"El noreste argentino pagó un precio muy alto en infraestructura al no contar con caminos, ni con gas, ni con puentes", sostuvo la Presidenta.

En ese sentido, Cristina señaló que "este primer obstáculo los gobiernos argentino y brasileño lo derribaron con la democracia en ambos países".

"El segundo obstáculo lo puso la Argentina en la década del 90, donde no tomó decisiones en pos de la integración, sino que adoptó políticas económicas que profundizaron el proceso de desindustrialización iniciado en 1976", dijo la mandataria. Y agregó: "Nos convertimos en un país de servicio, no de producción".

"Pero fundamentalmente no pertenecíamos a la región, creyendo que nuestro lugar era el primer mundo", señaló Cristina. La Presidenta, en su discurso, recordó una frase de aquel entonces que decía "que no había que ser socio de los pobres, sino de los ricos, sin tener en cuenta que los ricos no quieren socios".

"En ese entonces no se veía viable una alianza con Brasil, a partir del MERCOSUR, porque para qué se iba a aliar con Brasil, principal motor industrial de la región".

En ese sentido, Cristina afirmó que "este obstáculo lo comenzamos a derribar en mayo de 2003, primero reafirmando que nuestra identidad está aquí y que los mejores socios son nuestros vecinos. Lo derribamos también desarrollando un modelo económico que hiciera que en una matriz diversificada el valor agregado y generar trabajo fuera la base del crecimiento".

"Hemos logrado acortar brechas entre pobres y ricos y lograr más trabajo y más calidad de vida para cada hombre y mujer que vive en la región", puntualizó.

Cristina añadió que para lograr ese objetivo "hemos tomado tres medidas fundamentales: la negociación del canje de la deuda y el pago al FMI durante la presidencia de Néstor Kirchner y la que tomé hace pocos días, el pago de la deuda al club de París".

Afirmó luego que el tercer obstáculo son "las voces duras que descreen de esta asociación con Brasil porque dicen que Brasil quieren comprar Argentina adquiriendo empresas argentinas".

"Ese no es mi pensamiento, señor presidente Lula. Los empresarios argentinos que vendieron no fueron obligados a vender y la llegada de capitales a empresas en funcionamiento o las nuevas es una apuesta con corazón y racionalidad a que la Argentina es una excelente oportunidad de negocios", sostuvo Cristina.

Al respecto, la Presidenta remarcó que "este obstáculo se derriba trabajando fuertemente en la resolución de las asimetrías pendientes.

El primer método para derribar este tercer obstáculo es la integración estratégica de recursos territoriales en un mundo cada vez más necesitado de alientos y energía".

Finalmente Cristina insistió en la necesidad de instrumentar medidas "que lleven a convertirnos en países desarrollados con una unión regional fuerte, y estos se resuelve con aprendizaje e inteligencia".

Resumió luego que "entonces los tres obstáculos los derribamos con democracia el primero, convicción política el segundo y con un concepto de estrategia el tercero".

En tono risueño, la Presidenta finalizó diciendo que "un cuarto obstáculo lo derribó usted, presidente Lula, en su discurso cuando reconoció que Lionel Messi era el mejor jugador del mundo".