Dom 28.09.2008

22:36  › EEUU

Los legisladores llegaron a un acuerdo por el plan de rescate financiero

Los líderes del Congreso estadounidense y del gobierno del presidente George Bush acordaron este domingo, tras una semana de negociaciones, un histórico plan de rescate financiero del sistema bancario que debe ser votado el lunes, una vez abiertos los mercados.

"Creo que es un buen resultado", declaró en conferencia de prensa el principal negociador republicano, Judd Gregg, sobre el plan de 700.000 millones de dólares para intentar reflotar a los bancos del país.

"Espero que la Cámara de Representantes podrá votar mañana (lunes) y que el Senado (también) votará mañana", añadió el senador.

"Ha sido un día muy largo. Francamente, una larga semana" había declarado previamente el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, aludiendo a las difíciles negociaciones entre los líderes parlamentarios y la administración Bush.

Los negociadores trataban de llegar a un acuerdo antes de la apertura el lunes de los mercados.

Si el texto es efectivamente presentado el lunes a la Cámara, las autoridades y el Congreso estadounidenses habrán conseguido forjar, en una semana, un intervención masiva del Estado en el sector privado sin precedentes en la historia de Estados Unidos, cuando sólo faltan seis semanas para la elección presidencial.

El plan propuesto por el Secretario del Tesoro, Henry Paulson, prevé liberar 700.000 millones de dólares para adquirir los créditos dudosos de los bancos, duramente afectados por la crisis de los préstamos inmobiliarios de alto riesgo.

Del lado republicano se vio con mucho recelo esta ayuda del Estado para sostener a Wall Street.

El senador Roy Blunt, jefe de los negociadores de los republicanos, advirtió que mostraría el proyecto de ley a su grupo parlamentario antes de pronunciarse.

Algunos, como Richard Shelby, miembro importante de la comisión bancaria, rehusaron participar en las negociaciones al refutar "los principios mismos del plan".

El candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, declaró el domingo a la cadena ABC que las "grandes líneas (del plan indican ) que es algo que todos debemos avalar y con el que podremos avanzar. Pero la opción de no hacer nada es simplemente inaceptable".

Su rival demócrata, Barack Obama, también deploró el precio a pagar por el contribuyente. "Cuando se le pide a los contribuyentes que tomen medidas extraordinarias a causa de la irresponsabilidad de unos pocos, no hay qué celebrar. Pero se trata de medidas necesarias", admitió.

La presidente demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, expresó el sábado el deseo de que el proyecto de ley sea consultable en internet antes de ser sometido a voto.

Según las grandes líneas del plan publicado por la oficina de Pelosi, los 700.000 millones de dólares serán entregados en varios tramos. El plan daría la prioridad al cobro del Estado, tras un gasto inicial muy pesado para las finanzas públicas.

Garantizaría entre otras cosas un control público riguroso de las compras de activos invendibles a los bancos, y limitaría los "paracaídas dorados", según la expresión de Nancy Pelosi.

Otras instituciones, además de los grandes bancos de Wall Street, tales como colectividades locales, fondos de pensión, pequeños bancos comerciales, podrán también beneficiarse de la oferta del gobierno de adquirir créditos dudosos.

Mientras, del otro lado del Atlántico, intensas negociaciones tenían lugar el domingo también en Europa entre gobiernos y autoridades de supervisión europeas y de Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) para encontrar una solución a la crisis de confianza que padece el banco de seguros belga-holandés Fortis.

El francés BNP Paribas y el holandés ING son los candidatos más serios a comprar una parte o todo de Fortis, pero exigen garantías del Estado, afirmaron el domingo medios belgas en sus sitios de internet.

Además, los gobiernos de Benelux dijeron estar dispuestos a intervenir para salvar al grupo bancario y de seguros.

La acción de Fortis perdió más de 20% de su valor el viernes en la Bolsa, a causa de los temores sobre su solvencia.

La crisis financiera estalló hace algo más de un año en el sector "subprime" -créditos hipotecarios de alto riesgo a tasas de reembolso elevadas y variables- en Estados Unidos.

La misma provocó estas últimas semanas la quiebra de grandes nombres de las finanzas en Estados Unidos, como Lehman Brothers y Washington Mutual y se habría cobrado una nueva víctima en Gran Bretaña, el banco en dificultades Bradford & Bingley (B&B), según la prensa de este domingo.

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