Wall Street abrió el jueves con una pérdida modesta que, sin embargo, aumentó rápidamente, imponiéndose así la penosa realidad de la crisis financiera mundial tras la euforia por la elección del demócrata Barack Obama, el martes, como presidente de Estados Unidos.

Así, el Dow Jones Industrial Average cayó 4,85%, el Nasdaq 4,34%. y el índice ampliado Standard & Poor"s 500 también se hundió, 5,03%.

Las plazas latinoamericanas siguieron la misma tendencia a la baja. La Bolsa de Sao Paulo, la mayor del subcontinente, cerró con una pérdida de 3,77%, la Bolsa de Lima perdió 6,84% y Santiago 2,81%.

Duras pérdidas se impusieron en el cierre de los mercados europeos: Londres perdió 5,70%, París 6,38%, Fráncfort 6,84%, Madrid 6,27%, Milán 5,06% y Moscú más de 6%.

Las plazas europeas siguieron así la tendencia de las asiáticas: Tokio cerró con un desplome de 6,53%, Hong Kong cayó 7,1%, Seúl 7,6%, Sídney 4,30%, Shanghai 2,44% y Yakarta 4,3%.

Las duras pérdidas de las plazas europeas pusieron de manifiesto la falta de entusiasmo de los corredores por los recortes de sus respectivas tasas de interés llevados a cabo el jueves por el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra.

El BCE recortó su principal tasa de interés en medio punto porcentual, a 3,25%, tal como estaba previsto, mientras que el Banco de Inglaterra (BoE) recortó sus tasas en un récord de 1,5 puntos porcentuales, a 3%.

Esas medidas tenían como objetivo tranquilizar a los mercados y dar un poco de oxígeno a la economía. Pero aparentemente, según los analistas, llevaron a los mercados a pensar que la situación, sobre todo de la economía británica, sería incluso peor de lo que se pensaba hasta ahora.

El petróleo no vivó una jornada mucho mejor. Los precios del crudo perdieron cerca de cinco dólares el jueves, en los últimos intercambios europeos, tras haberse derrumbado en Londres por debajo de los 57 dólares, debido a los obsesivos temores por la demanda tras los derrumbes de las bolsas y los sombríos pronósticos del Fondo Monetario Internacional.

El West Texas Intermediate (designación del "light sweet crude" negociado en EEUU) terminó en 60,77 dólares y el Brent bajó 4,44 dólares, a 57,62 dólares.