El acusado es Julio Alberto Cirino, un agente civil de las Fuerzas Armadas que usaba el alias de Jorge Contrera, y su verdadera identidad salió a la luz tras una minuciosa investigación, dijo el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, en rueda de prensa.

Cirino, quien no se encontraba en condición de prófugo, brindaba actualmente conferencias como especialista en temas de seguridad en Estados Unidos y América latina, hasta su detención el jueves, señaló Duhalde.

El juez federal Ariel Lijo ordenó su detención tras analizar los elementos relevados por el Archivo General de la Memoria, dependiente de la secretaría de Derechos Humanos, que llevó adelante la investigación.

Cirino ingresó como agente civil en 1977 a las Fuerzas Armadas y se desempeñó en el Batallón 601 de Inteligencia.

"Desde el Batallón 601, Cirino fue el enlace con la Embajada de Estados Unidos durante la dictadura utilizando el alias de Jorge Contreras, actuando como uno de los jefes secretos del terrorismo de Estado", aseguró Duhalde.

Cirino cesó sus actividades en esa oficina del Ejército en 1986, y en 1993 en su condición de agente de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), fue designado con rango de Secretario en la Embajada argentina en Washington, para luego ser dado de baja del servicio exterior en 1998.

"Se trata de una pieza clave, no sólo del estado terrorista argentino sino de las redes del Plan Cóndor y de la participación de contingentes argentinos en las fuerzas represivas de Centro América. Su detención es un avance muy importante en la lucha contra la impunidad", indicó el secretario de gobierno.

"Posteriormente, hasta anoche, apareció como experto en temas de seguridad internacional, dando conferencias en Estados Unidos y América Latina. También escribió libros sobre terrorismo, pero ahora sabemos en donde consiguió la experiencia", agregó.

La investigación se inició a partir de la información relevada en documentos desclasificados por el Departamento de Estados de Estados Unidos.