Soledad, una testigo de 24 años de edad, recordó entre sollozos aquella recomendación, a la que no hizo caso y así pudo salvar su vida de una muerte altamente probable.

La joven no pudo reconocer ni en la etapa de instrucción ni tampoco hoy al integrante de la seguridad privada que efectuó aquella expresión, pero recordó que mientras insistía con que "ya se apaga" el incendio, alguien la empujó por detrás y la sacó a los empujones del escenario de la tragedia.

Esa sensación inicial que indicaba que el incendio era un incidente menor también se apropió aquella noche de otro sobreviviente, Juan Manuel, de 26 años, quien recordó haberle dicho a su hermana cuando vio las primeras llamas: "Apartémonos, que lo apagan y enseguida sigue el recital".

Sin embargo, la percepción fue tan equivocada que tanto él como su hermana quedaron virtualmente sepultados bajo cadáveres. Juan Manuel fue el primero en salir de esa situación y a los gritos le dijo a la joven: "Te arranco los brazos, pero te voy a sacar de acá".

El joven recordó hoy en la sala de audiencias que debió sortear "una bola humana" de cuerpos sin vida para escapar de la tragedia.

Los testigos que se presentaron hoy evocaron la forma en que salieron de la discoteca y recrearon, una vez más, las fotografías imaginarias de la pirotecnia, la media sombra incendiada, el corte de la energía eléctrica y el caos en que pugnaron por salvar sus vidas.

Maria Laura, otra sobreviviente, dijo que cuando se produjo el incendio "nadie sabía que había una media sombra en el techo y que estaba todo cerrado".

"Cuando entré (las puertas) estaban abiertas pero cuando quise salir estaba todo cerrado. Me estaba atando las zapatillas cuando comenzaron a tocar, se inició el fuego, se apagó la luz y no se veía nada. Alguien me sacó por encima de la gente, me desmayé y desperté afuera", relató.

"A algunos los revisaban minuciosamente, pero otros pasaban casi sin control, ni siquiera hacían la fila", rememoró al referirse a la forma en que pudo haber ingresado la pirotecnia a la discoteca.

Juan Manuel, por su parte, dijo que le quedó de aquella noche "un sentimiento de culpa", porque pese a haber reingresado a Cromañón para rescatar víctimas debió, según manifestó, haberse quedado más tiempo, incluso a riesgo de su vida.

Los testigos coincidieron en que el gerenciador del boliche, Omar Chabán, había realizado advertencias contra la pirotecnia antes del inicio del recital.

En ese sentido, si bien sus relatos tuvieron connotaciones distintas en cuanto a las palabras de Chabán, el sentido fue idéntico: evitar la tragedia.

Lo mismo hizo, inmediatamente después, el líder de Callejeros,Patricio Santos Fontanet, según recordaron los testigos.