16:38 › QUINCE DEFENSAS CONSECUTIVAS
El chubutense, Omar Narváez, ingresó anoche en la historia del boxeo argentino al convertirse en el púgil que mayor cantidad de veces en forma consecutiva defendió su título de campeón del mundo mosca de la OMB, al derrotar por nocaut técnico en el décimo asalto al retador estadounidense Rayonta Whitfield.
En un Nuevo Palacio Aurinegro, microestadio del club Deportivo Madryn, colmado por casi 5 mil fanáticos, el denominado 'Huracán de Trelew' retuvo por decimoquinta vez en forma exitosa su corona mundial Mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
De esta manera, Narváez superó su propia marca y la que mantenía vigente el inigualable Carlos Monzón, quien dominó la escena internacional de los Medianos durante la década del '70 y ejecutó 14 defensas con victorias.
"Quiero superarme a mi mismo y ser parte de la historia grande del pugilismo nacional, pero tengo muy bien en claro que Monzón seguirá siendo el más grande del boxeo argentino", reflexionaba, con sensatez y humildad, el chubutense, en los días previos a la pelea.
Lo cierto es que el púgil patagónico quedará, más allá de que la comparación con Monzón es imposible, en la historia del boxeo argentino, por haber logrado 15 defensas exitosas del cetro ganado en el estadio Luna Park en julio del 2002, cuando derrotó al nicaragüense Adonis Rivas.
De allí en más hubo rivales más exigentes, algunos otros menos, pero lo real es que Narváez supo resolver los distintos obstáculos que tuvo enfrente suyo y así se gestó el record que hoy todo Chubut celebra. La pelea ante Whitfield resultó relativamente pareja, pero siempre el campeón dominó las acciones: psicológica y boxísticamente.
El mayor alcance de brazos del norteamericano (mide 1,70 metros de altura) no le dio ventajas y, por el contrario, la defensa de Narvaes lució impecable.
Los impactos más justos en un combate de tono menor los colocó el 'Huracán ' que solamente se intranquilizó ligeramente en el cuarto round, cuando un cabezazo de su adversario le produjo una inoportuna herida cortante en la ceja izquierda.
En el séptimo, octavo y noveno asalto, Narváez puso en evidencia su mejor técnica y "descontroló" a Whitfield, a quien se le aplicó el descuento de dos puntos (en el séptimo y noveno) por reiteradas conductas antideportivas con sus codos.
Y la definición llegó en el décimo capítulo, cuando Whitfield (perdió su primer combate en 23 presentaciones) empezó a trastabillar por los golpes que le aplicaba el chubutense y el árbitro portorriqueño Samuel Viruet detuvo acertadamente la contienda.
De este modo, de menor a mayor, Narváez cimentó anoche una nueva victoria, la 29na. en 31 combates (tiene dos empates también), con 18 definiciones por la vía rápida. Y lo más importante: ingresó en la historia grande del pugilismo argentino, a pesar de que no puedan establecerse comparaciones.
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