18:15 › EE.UU.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció un plan de 75.000 millones de dólares para evitar que nueve millones de familias pierdan sus casas por no poder pagar sus créditos hipotecarios, un día después de promulgar una histórica ley de estímulo económico.
El presidente afrontó una de las principales causas del actual colapso financiero de su país con un esperado plan destinado a frenar una ola de ejecuciones hipotecarias por la cual 10.000 familias de clase media se quedan sin vivienda cada día, según estimaciones oficiales y privadas.
"Ayudaremos a entre siete y nueve millones de familias a reestructurar o refinanciar sus créditos para que puedan evitar la ejecución hipotecaria", prometió el presidente al anunciar su iniciativa en Phoenix, Arizona, uno de los estados más golpeados por la crisis inmobiliaria de Estados Unidos.
El plan incluye tres partes principales, explicó Obama. La primera de ellas es un refinanciamiento de los créditos para entre cuatro y cinco millones de "propietarios responsables", a fin de que esta disminución de los intereses les permita afrontar mejor los pagos mensuales de sus hipotecas.
La segunda es una iniciativa de 75.000 millones de dólares para quienes no pueden pagar sus créditos pero que adeudan más que el valor actual de sus casas, en virtud de la caída de los precios de las propiedades desde que estalló la crisis, el año pasado.
Finalmente, en tándem con el anuncio presidencial, el Departamento del Tesoro comunicó que doblará la ayuda financiera a las compañías de crédito inmobiliario Fannie Mae y Freddie Mac hasta un total de 200.000 millones para cada una, en un esfuerzo por estabilizar el estado real del sector.
"Los efectos de esta crisis también repercutieron en los mercados financieros", dijo Obama durante un acto en un colegio secundario de Phoenix.
"Cuando el mercado inmobiliario colapsó, también lo hizo la disposición de crédito de la que depende nuestra economía", dijo Obama.
"Como el crédito se agotó, se ha hecho más difícil para las familias hallar préstamos asequibles para comprar un auto o pagarse estudios y más duro para los empresarios garantizarse el capital que necesitan para expandirse y crear empleos", agregó.
El mandatario aclaró que los beneficios sólo serán para quienes corren riesgo de perder su única vivienda, y no para aquellos inversores que poseen tres, cuatro o más.
El presidente anunció su iniciativa luego que dos bancos estadounidenses, JPMorgan Chase y Citigroup, y los gigantes Fannie Mae y Freddie Mac -las principales compañías de crédito inmobiliario del país- acordaron la semana pasado suspender las ejecuciones y embargos.
Según estimaciones, cerca de 10.000 familias estadounidenses pierden a diario sus casas por no poder afrontar sus hipotecas.
Más de 2,3 millones de propietarios enfrentaron ejecuciones hipotecarias el año pasado, un 87% más que en 2007, y analistas dicen que el número podría llegar a los 10 millones en los años venideros, dependiendo de la severidad de la recesión.
Obama dijo que detener la ola de ejecuciones y embargos será clave para frenar la recesión que sufre la economía de su país.
"Al final, todos estamos pagando el precio de esta crisis inmobiliaria. Y todos pagaremos un precio aún mayor si permitimos que esta crisis se profundice", señaló el mandatario.
El anuncio llegó un día después de que Obama firmó una histórica ley para frenar la caída libre de la economía de su país, que enfrenta la peor crisis financiera desde la Gran Depresión, hace 80 años.
La ley, promulgada en el occidental estado de Colorado, vecino a Arizona, es un gigantesco paquete de 787.000 millones de dólares que combina gasto público -inversión en obras de infraestructura- y recortes impositivos para crear empleos y estimular el consumo.
El programa de disminución de impuestos beneficiará al 95% de la clase media estadounidense, con recortes de 400 dólares para casi todos los trabajadores y de 800 dólares por matrimonio.
Obama advirtió en Denver que el paquete de recuperación económica no termina con los problemas.
"Tampoco constituye todo lo que tenemos que hacer para dar un giro a nuestra economía. Pero hoy comienza el principio del fin, el principio de lo que necesitamos hacer para crear trabajos para los estadounidenses aquejados por despidos", dijo.
El viaje a Colorado y Arizona para los anuncios permitió al mandatario alejarse de Washington, donde la discusión de la ley derivó en el tipo de confrontación política que exaspera al estadounidense medio en estas épocas de crisis, según analistas.
La gira buscó demostrar que el mandatario está mucho más en contacto con los temores y esperanzas de la gente que con los tironeos políticos en Washington, dicen los analistas.
La aprobación de la ley de estímulo, el viernes pasado, constituyó la primera gran victoria para el demócrata Obama desde su llegada al poder, el 20 de enero pasado.
Los legisladores republicanos rechazaron en su mayoría la nueva ley, que no obtuvo ningún voto de la oposición en la Cámara de Representantes y apenas tres en el Senado, aunque vitales.
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