Fuentes policiales informaron que tomaron conocimiento del hecho esta mañana, cuando un tío de la supuesta víctima realizó la denuncia tras asesorarse en el Consulado de Brasil en Buenos Aires.

El tío del joven relató que su sobrino, de 25 años, quien estudia Medicina aquí desde hace un año en el Instituto Barceló, se había comunicado el lunes con su padre a Brasil para decirle que lo tenían secuestrado.

Según la versión del tío a la Policía, los captores reclamaban un rescate de 100.000 dólares para liberar al estudiante y que el dinero fuera depositado en la cuenta que el joven tiene en el Banco do Brasil.

Por ese motivo, explicó el hombre, las autoridades policiales brasileñas le recomendaron que viajara a la Argentina para efectuar la denuncia aquí.

A partir de entonces, comenzaron a intervenir en el caso detectives de la División Antisecuestros de la Policía Federal, quienes grabaron algunas conversaciones mantenidas entre el joven y su padre, un poderoso empresario del estado de Matto Grosso.

Con datos surgidos en esas llamadas, los investigadores determinaron que los supuestos captores finalmente aceptaron recibir un pago de 100.000 reales y que el dinero se iba a retirar en la sede que el banco brasileño tiene en Sarmiento 487 del microcentro porteño.

Escondidos en las cercanías de la entidad, los efectivos advirtieron que el joven entraba al banco con otras dos personas y como el gerente y los empleados ya habían sido alertados de la situación, ingresaron rápidamente a la sucursal.

Allí, detuvieron a dos hombres, un uruguayo de 34 años y un argentino de 37, que presuntamente eran los captores, mientras que el estudiante brasileño estaba con su documento en la mano a punto de retirar los fondos.

Al ver a los policías, el joven sufrió una crisis de nervios que obligó a que fuera asistido por médicos del SAME.

Según las fuentes, en medio de la confusión, el estudiante brasileño comenzó a decirle a los policías que él no había estado secuestrado sino que había hablado con su padre por teléfono para que lo ayudara a pagar una deuda, razón por la cual los investigadores empezaron a sospechar de un autosecuestro.

Entonces, se comunicaron con el juez federal Norberto Oyarbide, quien interviene en la causa junto con el fiscal Eduardo Taiano, y el magistrado dispuso que el joven también quedara "detenido e incomunicado" sin contacto con los otros dos apresados hasta que él le tome declaración.

Según los voceros, también les llamó la atención que uno de los detenidos también les dijo a los policías que estaban equivocados, ya que él vivía en el mismo departamento con el joven supuestamente secuestrado y cursaban juntos la carrera de Medicina.

El otro, en tanto, dijo que se alojaba en un hostel del centro porteño, dato que los investigadores intentarán corroborar en el marco de la pesquisa.