Fuentes policiales y judiciales informaron que los abusos ocurrieron a fines de 2008 y principios de este año, aunque se investiga si el imputado cometió varias violaciones más bajo la misma modalidad.

De hecho, para el fiscal de la causa, Mario Marini, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Delitos Sexuales del Departamento Judicial San Martín, los investigadores están "frente a un violador serial".

Según las fuentes, el sospechoso detenido es un joven de 23 años, que prestaba servicios en Campo de Mayo y fue capturado en los últimos días por la policía de San Martín, por pedido del fiscal. "Los casos son de octubre, noviembre, febrero y marzo. Siempre se empleaba la misma modalidad y por eso se unieron las causas", explicó Marini.

El fiscal y la policía estaban tras la pista de un auto Volkswagen Polo color azul en el que, según las víctimas, el hombre las llevaba tras interceptarlas en las puertas de los boliches de San Miguel, en la zona noroeste del conurbano.

Los efectivos localizaron un auto de esas características en la puerta de un local bailable de esa zona y lo siguieron hasta un domicilio y así determinaron que su ocupante y el morador de la casa era el militar ahora preso.

"No sólo teníamos el dato del auto, sino también la descripción que hicieron las víctimas de que se trataba un hombre joven, con corte de pelo militar, y aspecto de policía y o militar", indicó Marini.

Los pesquisas explicaron que este agresor siempre actuaba bajo la misma modalidad: interceptaba a jóvenes a la salida de los boliches, se acercaba para conversar con ellas, las llevaba en su auto, luego las amenazaba con un arma de fuego y así las reducía para finalmente abusar sexualmente de ellas.

Los voceros añadieron que la mayoría de los ataques se cometieron a bordo del vehículo y en inmediaciones de Campo de Mayo, en ruta 8 y camino del Buen Ayre.

Uno de los hechos fue denunciado por una joven de 22 años, quien dijo que en noviembre el abusador la interceptó cuando se retiró de un boliche bailable de San Miguel.

Según la víctima, el joven la invitó a tomar un café y luego se ofreció alcanzarla con su auto hasta su casa, pero a poco de andar la amenazó con su arma y la violó. Otro hecho sucedió en el playón de un hipermercado de la localidad bonaerense de Castelar, partido de Morón, donde bajo la misma modalidad fue violada una chica de 21 años.

En base a todos estos datos, más el análisis de las comunicaciones que el militar realizó con el teléfono celular robado a una de sus víctimas, los investigadores allanaron la casa del sospechoso y lo apresaron. "Cuando se allanó la casa, se secuestró el arma utilizada y la ropa que tendría al momento de los hechos", precisó el fiscal. Luego, en sede judicial se sometió al cabo a ruedas de reconocimiento ante las mujeres abusadas y varios jóvenes que concurrían a los mismos locales bailables que las víctimas.

Las fuentes consultadas indicaron que por lo menos tres de esos reconocimientos fueron positivos. "Estamos investigando más casos. Estamos ante un violador serial con varios hechos y otros pendientes", explicó el fiscal.

Marini sostuvo que, en ese sentido, se están "reuniendo las comunicaciones y denuncias de todas las comisarías de la zona" sobre casos de abusos sexuales cometidos bajo la misma modalidad.

El investigador judicial agregó que los agravantes en la acusación contra el cabo son "los hechos ultrajantes y el uso de arma de fuego, pero no su condición de funcionario público ya que al momento de los ataques no estaba desempeñando su cargo".

Sin embargo, el fiscal aclaró que el arma que se le secuestró al sospechoso, y que será mostrada a las víctimas para determinar si al reconocen, "es la provista por el Ejército".