16:15 › LA CRISIS MUNDIAL
El presidente Barack Obama anunció una alianza entre la italiana Fiat y el gigante automotor estadounidense Chrysler, que se colocará bajo la protección de la ley de quiebra, luego del fracaso de las negociaciones para la reestructuración de su deuda.
"Me complace anunciar hoy que Chrysler y Fiat formaron una asociación que tiene una alta posibilidad de éxito", dijo Obama en una breve alocución en la Casa Blanca.
Durante este proceso, el constructor en crisis recibirá un total de 10.400 millones de dólares en fondos estadounidenses y canadienses para solventar la iniciativa.
"El gobierno estadounidense está dispuesto a aportar unos 3300 millones de dólares" en fondos de funcionamiento durante la reestructuración de Chrysler bajo la protección de la justicia, indicó el departamento del Tesoro en un comunicado.
Washington también está dispuesto a prestar cerca de 4700 millones de dólares al nuevo Chrysler que surja de la reestructuración, agrega el texto.
De esta suma, 2100 millones serán reembolsables a un plazo de 30 meses, del resto, la mitad a siete años y el remanente a ocho años.
Por su parte, el gobierno federal canadiense y el de la provincia de Ontario prestarán a Chrysler otros 2400 millones de dólares, anunció Ottawa.
Al acogerse al Capítulo 11 del código de Quiebras, Chrysler puede continuar funcionando mientras busca un acuerdo con sus acreedores.
Según altos responsables del gobierno, la asociación consiste en una toma de participación inicial de 20% de Fiat en Chrysler.
El mandatario agregó que el acuerdo ayudará al fabricante a salir de un rápido y "controlado" proceso de quiebra como una empresa más fuerte.
"No se trata de una señal de debilidad, sino de un paso extra en el camino trazado que lleve a la supervivencia de Chrysler", declaró.
Como el gobierno tiene a los sindicatos y a los principales accionistas de su lado, "este procedimiento será rápido, será eficaz, estará abocado a tratar con los últimos opositores (a los términos actuales de la reestructuración) y será controlado", agregó.
Funcionarios del gobierno informaron que Chrysler se vio obligada a declararse en quiebra luego de que importantes accionistas obstaculizaran un acuerdo con el Estado de reducir una deuda de 6900 millones de dólares a 2000 millones.
Por su parte, el presidente de Chrysler, Robert Nardelli, declaró que abandonará el cargo luego que la firma emerja exitosamente y complete su alianza con Fiat. Agregó que el consejo de administración estará compuesto por personas nombradas por el Estado y Fiat.
Nardelli señaló que estimaba posible que el fabricante estadounidense pueda salir en 45 a 60 días del procedimiento judicial que comenzó tras acogerse a la ley de quiebras.
Esta iniciativa "es diferente, ya que contamos con el compromiso de varias de las partes", destacó al evocar el apoyo del sindicato, de los gobiernos estadounidense y canadiense, de los acreedores y de las concesionarias.
"Se trata de inyectar vida a Chrysler", agregó al estimar que declararse en quiebra permite a la empresa "resurgir más liviana, dejando atrás su pasivo".
La mayoría de las plantas de Chrysler cerrarán el próximo lunes y "los ritmos de producción normales se reanudarán" cuando el fabricante salga de la quiebra, según un comunicado publicado por el grupo.
Con 38.000 trabajadores en Estados Unidos, Chrysler, en crisis junto al número uno estadounidense General Motors a raíz de la caída de las ventas y errores estratégicos, peleaba desde hace meses por escapar a la bancarrota.
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