El pontífice de origen alemán se detuvo y dejó un mensaje escrito en el Muro de los Lamentos, vestigio de un templo judío de la época del Imperio Romano, tras reunirse en la cúpula de la Roca con el Gran Mufti de Jerusalén, Mohammed Husein, máximo clérigo musulmán.

Benedicto XVI recordó las raíces comunes de las tres religiones monoteístas en la historia de Abraham y Jerusalén y luego colocó una plegaria escrita en el Muro de los Lamentos, un gesto tradicional, y se reunió con los dos rabinos jefes de Israel.

"Al visitar Jerusalén, ciudad de la paz, casa espiritual de judíos, cristianos y musulmanes pongo ante dios los gozos, las esperanzas, las aspiraciones, las pruebas, los sufrimientos y la pena de todos nuestros pueblos en el mundo", escribió el pontífice".

Y rogó: "Envía tu paz sobre esta Tierra Sagrada, sobre Oriente Medio, sobre toda la familia humana", de acuerdo al texto brindado por el Vaticano.

Hasta ahora, ningún Papa había visitado la roca en que, según el Islam, su profeta Mahoma oró antes de emprender su viaje hacia el Paraíso. El muro de los Lamentos había sido visitado por Juan Pablo II en el 2000.

"Este sacro lugar sirve de estímulo y constituye un desafío para hombres y mujeres de buena voluntad a trabajar por superar las incomprensiones y los conflictos del pasado y a seguir el camino de un diálogo sincero orientado a construir un mundo de justicia y paz para las generaciones futuras", dijo Benedicto XVI.

El gran muftí, que también es presidente del Consejo de Bienes Religiosos Islámicos, pidió al Papa que "trabaje activamente para que cese la agresión israelí contra los palestinos".