Jue 09.07.2009

16:04  › CUMBRE EN ITALIA

El G8 y el G5 acordaron evitar medidas proteccionistas

Las potencias emergentes (G5) y las industriales (G8) prometieron evitar medidas proteccionistas, en una cumbre en Italia marcada por el reclamo de que los países ricos asuman su responsabilidad en la crisis económica surgida en sus entrañas y en el calentamiento global provocado por sus industrias.

Esos planteos aparecen en la declaración final de una cumbre a la que el G5 (China, India, Brasil, México y Sudáfrica) llegó con cierto grado de frustración por la falta de avances en los compromisos anteriores del G8 (EEUU, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Rusia).

"Confirmamos nuestro compromiso de mantener y promover mercados abiertos y de rechazar toda medida proteccionista", dice el documento.

Ambos grupos también expresaron su voluntad de "buscar una conclusión ambiciosa y equilibrada de la Ronda de Doha en 2010", trabada por los reclamos cruzados de apertura de los mercados entre los países agrícolas del Sur y los industrializados del Norte.

Los emergentes reclaman una reforma del sistema financiero para obtener más voz y voto en el Fondo Monetario Internacional (FMI), que está actuando como ambulancia de los países más golpeados por la crisis.

"Tenemos que adoptar medidas concretas, ahora, para cambiar la composición accionaria del FMI", dijo el principal asesor diplomático del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, Marco Aurelio Garcia.

En su intervención, el presidente Lula debía denunciar "la dictadura de las agencias calificadoras de riesgo" y proponer que éstas sean reemplazadas por "entidades que no sean privadas", agregó.

China abogó por un sistema monetario "más diversificado y razonable", a fin de que éste sea menos dependiente del dólar.

Los dos núcleos de países se dicen además "decididos a proseguir las reformas en materia de regulación y control del sistema financiero".

Las posturas del G5 reflejan una nueva relación de fuerzas, en momentos en que todos los países del G8 están sumidos en la recesión y cuestionados por haber llevado al mundo al despeñadero con las políticas neoliberales que preconizaban en los años 90.

Pero el G5 no quiere romper con los aspectos que consideran más beneficiosos de la globalización, como la apertura comercial que les permitió estructurar dinámicos sectores exportadores, golpeados ahora por la reducción de la demanda en los países ricos y temerosos de que éstos quieran recuperarse adoptando medidas proteccionistas.

La declaración final se compromete por eso específicamente a abstenerse de devaluaciones competitivas, capaces de desencadenar guerras comerciales.

Los 16 países del Foro de las Mayores Economías (FME) (G8 y G5 junto aa Australia, Indonesia y Corea del Sur) aceptó por otro lado limitar a 2ºC el aumento de la temperatura del planeta respecto aa los niveles previos a la era industrial (desde entonces, ya subió casi un grado).

Los medios para alcanzar esa meta no están claros.

El G8 prometió reducir en un 80% las emisiones de sus gases de efecto invernadero, pero ese plan fue recibido con escepticismo, pues los emergentes y la ONU esperaban que se fije también metas intermedias para 2020.

"Necesitamos un objetivo a medio plazo para estar seguros de que estamos en el buen camino en la consecución de los objetivos de 2050", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

"Los dirigentes del G8 tenían una oportunidad única, que corre el riesgo de no volver a presentarse", agregó.

También el negociador brasileño de medio ambiente, Luiz Alberto Figereido Machado, dijo que la propuesta del G8 "no tiene credibilidad" sin metas intermedias.

El presidente estadounidense, Barack Obama, admitió que los países ricos deben encabezar la lucha contra el cambio climático.

El G8 representa el 13% de la población mundial, pero es responsable del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En sus discusiones diplomáticas, el G8 emplazó a Irán a aceptar el diálogo sobre su programa nuclear, sospechoso de tener finalidades militares, y condenó enérgicamente a Corea del Norte por el ensayo nuclear y los disparos de misiles que realizó en los últimos meses.

El G8 inició el miércoles tres días de reuniones en L"Aquila, una ciudad del centro de Italia devastada a inicios de abril por un sismo que dejó casi 300 muertos.

Las esposas de los mandatarios, encabezadas por la primera dama estadounidense, Michelle Obama, visitaron el jueves las ruinas del lugar.

Muchos países prometieron ayuda para la reconstrucción.

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