"Hay que mirar el mediano y el largo plazo. Alguien tiene que ceder, yo estoy dispuesto a ceder en lo que tenga que ceder con tal de ser parte de una dirigencia que presenta una Argentina distinta", aseguró el legislador.

En declaraciones radiales, De Narváez sostuvo que "esto es lo que los ciudadanos están esperando de nosotros: la vocación y el compromiso de construir, a través de los consensos, soluciones para la gente. Salir de esta condición de conflicto permanente a la que el kirchnerismo quiere llevar a los argentinos".

"Quiero rescatar el llamado a un consenso nacional que hizo ayer a la noche el vicepresidente Cobos. Adhiero firmemente a esta convocatoria", señaló.

Aseveró que "es hora de que los argentinos que tenemos al vocación de vivir en un país ordenado, respetuoso, donde la ley se cumpla y las reglas se respeten, con prioridades como el hambre, la seguridad, la salud, la educación".

"Un llamado al consenso no debe ser negado por ningún dirigente de buena voluntad que quiera una Argentina distinta a la que está tratando de impulsar el kirchnerismo con esta permanente confrontación. Es un paso adelante", insistió.

Para De Narváez, "hay que mirar el mediano y el largo plazo", y sostuvo que, desde el kirchnerismo, "todos los días encuentran una razón para tener un enemigo enfrente".

"No tienen otro enemigo que la propia incapacidad que ellos tienen hoy para seguir conduciendo el país, en la forma en la que lo están haciendo. No podemos ceder ante esta condición que quiere imponer el kirchnerismo. Adhiero con total convicción a la convocatoria del señor vicepresidente", prosiguió.

Consultado sobre si podría obligarse al gobernador bonaerense Daniel Scioli a renunciar para que asuma su vice, Alberto Balestrini, De Narváez respondió: "El kirchnerismo y Scioli usan la provincia, en lugar de construirla y conducirla para que tengan todos los bonaerenses una condición de vida mejor".

"No descarto que el gobernador Scioli termine siendo diputado nacional y le pase al vicegobernador Balestrini, con un alineamiento más férreo con el kirchnerismo, y volver a usar a la provincia de Buenos Aires como un murallón que van a tratar de sostener para las elecciones presidenciales de 2011", dijo.

"Pero -advirtió- ya hemos probado, y tengo el derecho de decirlo, que la voluntad de la gente de la provincia de Buenos Aires, como lo hizo el 28 de junio, no adhiere para nada a esas prácticas".

En ese sentido, reiteró que "voy a volver a confrontar en 2011 con ese sistema que ya vencimos el 28 de junio pasado, y no tengo ninguna duda que vamos a volver a derrotar en octubre de 2011".