La revuelta de hoy comenzó temprano en la mañana local cuando grupos de jóvenes palestinos atacaron con piedras y cócteles molotov a agentes policiales, informó el portavoz de la fuerza policial israelí, Micky Rosenfeld.

La policía dispersó a los agresores con granadas de humo y detuvieron a 17 personas, incluido Hatam Abdul Qader, oficial de la Autoridad Palestina encargado de Jerusalén, y Ali Abu Sheikha, oficial del Movimiento islámico.

Las tensiones se remontan al pasado 27 de septiembre, cuando un grupo de turistas, identificados por los medios y fuentes palestinas como colonos judíos, entraron en la mezquita de Al Aqsa acompañados por la policía la víspera de Yom Kippur, el día más solemne del judaísmo.

En ese marco, y tras correr rumores de otra posible visita hoy de un grupo de judíos al Monte del Templo, los disturbios habían sido previstos por las autoridades israelíes ante la llamada de los líderes musulmanes a los palestinos de Jerusalén a "defender" Al Aqsa contra "la conquista judía".

La policía mantiene altas medidas de seguridad y unos 7000 agentes de policía desplegados en Jerusalén Este y los alrededores de la explanada de las Mezquitas, el complejo santo donde se encuentra, informó la agencia de noticias DPA.

Tras los primeros disturbios, la policía israelí cerró todos los accesos a la mezquita, pero un grupo de jóvenes palestinos provocó fuego en uno de los accesos para dispersar a la policía consiguiendo que algunos jóvenes pudiesen entrar por una de las puertas.

La llamas y los cortocircuitos obligaron a los comercios situados alrededor a cerrar, pero el fuego fue controlado una hora más tarde por los bomberos, personal sanitario que acudió a la zona y agentes de la policía.

Fuera de la explanada la situación está controlada, aunque se repiten escenas de ira entre los vecinos musulmanes de la Ciudad Antigua de Jerusalén, que claman la defensa de Al Aqsa como lugar santo musulmán.

"A nosotros nos da igual que quemen nuestras casas, que mueran nuestros hijos o morir nosotros mismos. Al Aqsa es sagrado y tenemos que defenderlo", se quejó el dueño de un comercio lindante con el acceso a la mezquita que fue incendiado esta mañana.

El Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas es el tercer sitio sagrado más importante del islam pues allí fue donde el profeta Mahoma ascendió a los cielos.

La visita fue calificada como una "provocación" entre los líderes musulmanes, y respondida con recurrentes disturbios durante las últimas semanas que causaron 26 heridos.