"No pueden decir que puede haber problemas porque se retiran los efectivos, sino porque tienen que decir que puede haber problemas porque ellos no pagan: La gente quiere cobrar y tiene derecho", sostuvo el jefe de Gabinete Aníbal Fernández.

El funcionario aclaró que la PFA va a "cubrir la seguridad como corresponde" en las calles de la Capital Federal, pero remarcó en declaraciones radiales que el problema de la deuda impago es por determinados lugares en los que la Ciudad pagaban adicionales.

El enfrentamiento se suscitó por la decisión del Gobierno nacional de sacar la custodia policial a 72 edificios y plazas porteñas, porque la Ciudad debe 34 millones de pesos por el servicio adicional de la Policía Federal.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, se manifestó en el mismo sentido que Fernández y opinó que la disputa se dio "por un problema de ineficiencia o de voluntad política" de Macri, que no se pone al día con las deudas con la Nación.

Randazzo recordó que la Ciudad debe "34 millones de pesos" a la Policía Federal y advirtió que con esta polémica "están escondiendo la actuación de ex policías federales dentro de la estructura del gobierno porteño para espiar, como el caso de Ciro James que es una verdadera vergüenza".

Fernández insistió en que "hay que pagar lo que se les debe" y pidió que "no le echen la culpa a la Policía por no trabajar gratis, porque también al (Hospital) Garrahan le deben 50 millones de pesos, entonces ¿le van a echar la culpa a los pibes por enfermarse?", se cuestionó.

Asimismo, garantizó que la fuerza de seguridad "cumple con su deber de custodia como corresponde" y que en este caso se trata de "adicionales con personal a contraturno para que vaya a cubrir determinado lugar que ellos piden, no son lugares de tarea habitual de la Policía".

El jefe de Gabinete detalló que "las cosas son al revés" de como lo plantean los funcionarios porteños, ya que "puede haber problemas de seguridad porque ellos no le pagan" y subrayó: "La Policía no es el hijo de la pavota donde ellos, tanto Macri como (Horacio) Rodríguez Larreta, se lavan las manos cada vez que tienen oportunidad".