Luego de varias jugadas en las que la pelota no rodaba, Baldassi paró el partido y llamó a los capitanes del local, Martín Palermo, y del visitante, Marcelo Gallardo.

Tras charlar unos momentos con ambos futbolistas y explicarles la imposibilidad de seguir jugando porque la pelota quedaba estancada en los charcos, determinó la suspensión del encuentro.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, se mostró contrario a que el superclásico se juegue el miércoles próximo, cuando se conmemora el Día de la Memoria.

Boca y River ya tenían acordado jugar el miércoles a las 17, pero el funcionario puso reparos, aunque admitió que el decreto que determina a ese día asueto "no prohíbe" que se desarrolle actividad deportiva.

"Es una fecha de reflexión para que podamos recordar lo que fue el 24 de marzo de 1976. A mí me da la impresión que no sería la mejor fecha para jugar el superclásico. Se recuerda una fecha trágica para los argentinos", sostuvo Randazzo, quien estuvo en la Bombonera.