Noriega, extraditado luego de agotar sus abogados todos los recursos legales que solicitaban una revisión del proceso, fue trasladado hacia Francia desde Miami, donde cumplía una condena de 30 años de prisión al hallarlo la justicia estadounidense culpable de los delitos de tráfico de drogas, asociación ilícita y conspiración.

Sin embargo, el ex dictador, de 75 años, ya había cumplido la condena, reducida a 17 años por buena conducta, pero permanecía preso a la espera de la resolución del proceso de la extradición solicitada por Francia.

"Ha agotado todas sus opciones legales. Tiene que ir a Francia", había afirmado su abogado defensor, Frank Rubino, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó a finales de marzo la demanda interpuesta por Noriega.

A lo largo del proceso los representantes de Noriega intentaron que fuera enviado a Panamá por considerarlo un prisionero de guerra que no podía ser extraditado hacia otro país, opción que fue desestimada.