A 35 km/h, tractores procedentes de las zonas agrícolas que rodean la capital francesa circulaban por las autopistas que conducen a París enarbolando banderas que rezaban: "¡Sarkozy, a trabajar, no remates tu agricultura!".

Los agricultores, convocados por la poderosa Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas (FNSEA), esperaban sumarse a unos 10.000 manifestantes en la Plaza de la Nación, en el este de París.

En 2009, el sector agrícola francés registró una caída de sus ingresos del 51 por ciento, arrastrado por la caída de los precios de los cereales (-24 por ciento) tras la fuerte alza registrada en 2007 y 2008, cuando la tonelada de trigo llegó a casi 200 euros (267 dólares al cambio actual).

Frente a esas cifras, los productores agrícolas franceses reclaman "medidas inmediatas", como ayudas a la exportación. También piden la reducción de determinados impuestos, al medioambiente, sociales y fiscales.

Los manifestantes quieren que el gobierno defienda la PAC en Bruselas. Francia es el primer país que se beneficia de esa política, pues recibe más del 20 por ciento de las ayudas de la Unión Eurpea (UE).

Pero en 2013, la PAC deberá reformarse y ello supondrá una reducción de las ayudas europeas a los cerealeros franceses, en beneficio de los ganaderos y los agricultores en zonas de montaña.

A fines de marzo, Sarkozy se declaró dispuesto a enfrentar "una crisis en Europa" para defender la PAC, semanas después de anunciar un incremento de 800 millones de euros en préstamos a tasa preferencial para los agricultores y una ayuda suplementaria de 50 millones para los que ya están muy endeudados.

En octubre de 2009 Sarkozy, ya había anunciado un plan de emergencia de 650 millones de euros de "apoyo excepcional del Estado" y 1000 millones de préstamos bancarios a tasa preferencial.