Guillermo Montenegro, quien renunció como juez federal 7 para ser ministro de Seguridad porteño de Mauricio Macri, regresa a ese juzgado pero para declarar como sospechoso en la causa de las escuchas telefónicas ilegales.

En el juzgado federal 7, que subroga Oyarbide, trabajan desde hace días por la secretaría de Gustavo Russo en el interrogatorio al ex juez federal, luego de que el lunes fuera indagado ya el ex ministro de Educación porteño Mariano Narodowski.

Ambos están sospechados de "encubrir" la asociación ilícita organizada por el removido jefe de la Policía Metropolitana, Jorge "Fino" Palacios, y el espía Ciro James, quien trabajada con contrato de la cartera educativa y gestionaba las grabaciones con policías misioneros que los tramitaban en juzgados de Posadas.

La situación de Macri sería más delicada, ya que el juez lo indagará como sospechoso de integrar la misma asociación ilícita, porque uno de los espiados fue su propio cuñado, Néstor Daniel Leonardo, casado con su hermana Sandra.

Oyarbide dio impulso a la causa luego de que la semana pasada la Cámara Federal desestimara un pedido de Montenegro para apartarlo de la investigación aduciendo motivos procesales, lo que fue interpretado como un fracaso de la estrategia macrista para alejar a su líder de la investigación.

Por esta causa están detenidos, además de Palacios y James, los destituidos jueces de instrucción de Misiones, José Luis Rey y Horacio Gallardo, desde cuyos juzgados le pedían a la SIDE escuchas telefónicas por causas fraguadas.

Rey declaró el miércoles luego de presentarse detenido el lunes y quedó alojado en el penal de Marcos Paz, como Palacios y James, mientras que Gallardo está internado en el Hospital Argerich desde que llegó detenido desde Posadas, donde sufrió una descompensación.

El juez tiene diez días para resolver la situación procesal de ambos a partir de que les tome declaración.