A bordo de las cinco embarcaciones que componen la flotilla hay más de 700 activistas pro palestinos de más de 40 países, entre ellos también muchos diputados parlamentarios, así como artistas conocidos, que se sumaron a la travesía con el objetivo de "romper el bloqueo marítimo al que Israel tiene sometida el área de la franja" e introducir 10 mil toneladas de alimentos, medicamentos y sillas de ruedas directamente a Gaza.

La flotilla planea arribar "a las costas de Gaza en la mañana del lunes", dijo Audrey Bomse, portavoz de la organización "Gaza Libre". Los últimos 25 pasajeros embarcaron en altamar en aguas de Chipre, cuyo gobierno -bajo presión de Israel- denegó los permisos para que las embarcaciones atracaran en sus puertos y realizaran allí las reparaciones pertinentes a las roturas y fallas que sufrieron las naves, que según sus tripulantes, fueron producto de acciones de sabojate.

En tanto, un amplio despliegue de la Marina israelí, del Ejército y la Policía pretende impedir el acceso de los activistas a la Franja. Israel ha amenazado con impedir el paso a los barcos y expulsar a los extranjeros tras someterles a interrogatorios. Los activistas, por su parte, anunciaron su resistencia pacífica.

Israel se ha ofrecido a almacenar las mercancías en el puerto de Ashdod y trasladarlas con ayuda de organizaciones de Naciones Unidas a la Franja de Gaza, zona que el gobierno aisló del mundo exterior desde que fue tomada por palestinos en 2007. Según el punto de vista de la ONU, el bloqueo significa un "castigo colectivo" para los 1,5 millones de palestinos por lo que se convierte en un acto ilegal de acuerdo con el derecho internacional.