No obstante la aprobación del programa de sanciones, aprobado por los jefes de Estado y Gobierno de la comunidad pero elaborado hace una semana, la UE recalcó su disposición a reanudar las negociaciones con Irán a fin de lograr un acuerdo para que ese programa atómico se ciña a los requerimientos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

Al respecto, el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, explicó que, y al contrario que en las tres tandas anteriores de sanciones, la UE decidió ir más lejos que Naciones Unidas no significa que abandonemos la vía diplomática y negociadora".

No obstante, Moratinos resaltó que la Unión y su Alta Representante, Catherine Ashton, señalaron "en muchas ocasiones" a los responsables iraníes su disposición a negociar, por lo que las sanciones "envían un mensaje muy claro".

Entre las medidas de castigo, se prohibirán las inversiones de empresas de países de la UE en proyectos de petróleo y gas, así como las transferencias de tecnologías y equipos para este sector clave en la economía iraní.

Además de las sanciones en energía, habrá nuevas restricciones a la actividad en territorio comunitario de bancos iraníes, así como de la compañía estatal de tráfico marítimo (IRISL) y del transporte de carga por vía aérea.

Las medidas incluirán también nuevas restricciones de visados y congelaciones de bienes en territorio de la UE para altos cargos, especialmente para los Guardianes de la Revolución, la milicia paramilitar islámica.