Alemania goleó 4-1 a Inglaterra en el clásico europeo en Bloemfontein y avanzó a cuartos del Mundial en un duelo vibrante y polémico en el que a los ingleses les negaron un gol claro, reavivando los fantasmas de Wembley-1966. La Mannschaft encaminó la victoria con tantos de Miroslav Klose (20) y Lukas Podolski (32) en la primera parte, y liquidó el pleito con doblete de Thomas Muller (67, 70).

Inglaterra intentó una remontada épica con el descuento de cabeza de Matthew Upson (37) y un gol que el árbitro uruguayo Jorge Larrionda no concedió un minuto más tarde, tras disparo de Frank Lampard, que dio en el larguero e ingresó claramente, y que hubiera significado el 2-2 provisorio.

El partido fue vibrante desde el principio, cumpliendo con todas las expectativas del planeta fútbol para este superclásico que hizo ruido desde el minuto 4 con un derechazo de Mesut Ozil que David James tapó milagrosamente. La Mannschaft dio el primer golpe con un saque de arco largo del meta Manuel Neuer, John Terry la dejó pasar y Klose lo durmió a Upson, definiendo al palo izquierdo de un indeciso James que salió a destiempo (20).

El equipo de Joachim Low no bajó la presión y marcó el 2-0 cuando James nada pudo hacer frente a un zurdazo de ángulo cerrado de Lukas Podolski (32), tras un desborde de Thomas Muller. La nueva camada de talentos alemanes estaba apabullando a la vieja generación dorada inglesa, liderada por Frank Lampard, con un desaparecido e inofensivo Wayne Rooney.

Pero el equipo de Fabio Capello se recuperó con un gol "a la inglesa" que hizo resucitar a los Pross: centro de Steven Gerard y cabezazo a la red del central Upson (37). Inglaterra estaba de pie y enseguida Lampard trajo los fantasmas de Wembley 1966, de aquella final con "gol fantasma" de George Hurst ganada por los ingleses ante los germanos (4-2 en prórroga), con un disparo desde fuera del área que pegó en el travesaño y entró claramente, pero Larrionda no lo dio (38). El uruguayo pareció devolver a la Mannschaft una deuda pendiente de hace 44 años, aunque el clima del partido quedó viciado de injusticia.

En la segunda parte, Lampard volvió a llevar la bandera inglesa. Un bombazo de tiro libre desde unos 30 metros dejó temblando el travesaño (52). Inglaterra iba e iba, hasta que los alemanes sacaron un contragolpe fulminante que definió el extremo Thomas Muller (67), tras una acción bien manejada por el centrocampista Bastian Schweinsteiger, en duda por molestia muscular, y que es fundamental para Joachim Low en su esquema.

En otro contragolpe electrizante, Muller, que juega con la N.13 de la leyenda del gol Gerd Muller que no pudo lucir el capitán Michael Ballack por lesión, tocó suave a la red un pase del zurdo Mesut Ozil (70).