"Es una cuestión de seguridad. No se puede dar clase a los más chicos en medio de una toma", explicó al cabo de la reunión, Damián Galerti, secretario de Asuntos Gremiales y Estudiantiles del Centro de Estudiantes del deteriorado establecimiento del barrio porteño de Balvanera.

La asamblea difundió su decisión por cadenas de correo electrónico a las familias de los estudiantes primarios, mientras que los padres se organizaron en grupos para ir en la mañana a la puerta del establecimiento público para explicar la situación a otros padres.

La ocupación pacífica del establecimiento se había iniciado el martes en el nivel secundario y se había extendido ayer al nivel terciario.

Galerti informó que las protestas continuarán hoy a las 13 con un corte de tránsito en la cercana avenida Rivadavia, en su intersección con Jujuy. Además, para mañana a las 14 está prevista una marcha, convocada por 25 colegios integrantes de la Coordinadora Unica de Estudiantes Secundarios (CUES), desde el Ministerio de Educación de la Nación a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad.

Hasta ayer, eran más de media decena los colegios secundarios que permanecían tomados por sus estudiantes en reclamo de mejoras edilicias y "en defensa de la educación pública". En tanto, el Ministerio de Educación porteño anunció ayer la extensión del ciclo lectivo para "cubrir" los días en los que la toma no permitió que se dictaran las clases.

En tanto, la rectora Raquel Papalardo rechazó una sugerencia de las autoridades de la Ciudad para que denunciara la toma a la policía, y se negó a informar a sus superiores los nombres de quienes promovieron y efectivizan la medida.

Papalardo reveló que las autoridades le advirtieron que mientras persista la ocupación de la escuela no habrá diálogo con los estudiantes.

La directiva aseguró que la situación en el interior del colegio no es de violencia y confirmó además que ella pasa las noches en el establecimiento para responder por sus bienes.