21:44 › HUNGRíA
El vertido de lodo tóxico ocurrido llegó al río Danubio a través de uno de sus afluentes, el Raba, a la altura de la localidad de Gyor, a unos 120 kilómetros de Budapest. El lunes, una balsa de almacenamiento de residuos de la producción de aluminio se rompió, produciéndose el vertido de cientos de miles de metros cúbicos de lodo rojo al río.
El barro rojo llegó primero al río Marcal, afluente del Raba, que a su vez vierte sus aguas en el Danubio, por lo que los científicos se están concentrando en contener la marea tóxica entre el Marcal y el Raba.
En el punto en el que confluyen el Marcal y el Raba los equipos de limpieza continuaron vertiendo yeso al agua para neutralizar los elevados niveles de alcalinidad de las aguas, a raíz del vertido, que suponen una grave amenaza para los seres vivos.
Los niveles de ph, que miden la acidez o la alcalinidad de las aguas, en la confluencia de ambos ríos han subido hasta 9,3, informó el portavoz del Servicio de Desastres, Tibor Dobson. La escala de ph se establece entre 0 y 14, siendo el valor neutro de 7 el más adecuado para la vida. Por encima de 7 el agua es alcalina.
"Los científicos continúan intentando reducir la alcalinidad de las aguas en la confluencia de los ríos Marcal y el Raba", comentó Dobson, con la idea de que llegue la menor cantidad de residuos al Danubio.
Por otro lado, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo, durante su visita a Kolontar y Devecser, los pueblos más cercanos a la balsa donde se encontraba almacenado el residuo tóxico, que los habitantes tendrán que ser realojados en otro lugar.
"Probablemente tendremos que construir de nuevo aquí en el pueblo, en una nueva área", afirmó el primer ministro a la agencia estatal de noticias MTI. En una asamblea local la tarde anterior una mayoría de afectados expresó su rechazo a regresar a sus casas anegadas.
En las zonas más afectadas de Kolontar, el lodo rojo, un residuo de la producción de aluminio, alcanzó los dos metros de altura y muestra la magnitud del desastre medioambiental a causa del cual murieron el lunes cuatro personas.
El lunes, la balsa de almacenamiento de los residuos de la producción de aluminio de la empresa MAL se rompió produciéndose el vertido de cientos de miles de metros cúbicos de lodo rojo que arrasó varios pueblos del oeste de Hungría en una superficie de 40 kilómetros cuadrados, a causa de lo cual unas 120 personas resultaron heridas y cuatro murieron.
Entre tanto, las autoridades y las aseguradoras redoblaban esfuerzos por aportar una primera estimación del alcance de los daños. La aseguradora Aegon cifró los desperfectos de sus 600 clientes en la región afectada en unos 1000 millones de florines (3,7 millones de euros). Los daños totales, incluyendo el coste derivado de recultivar los terrenos, podría suponer un múltiplo de esa cuantía, de acuerdo con expertos.
Por el momento, no se han encontrado signos de daños naturales, como peces muertos, en el Danubio. En cambio, en el río Marcal murieron todos los peces de la zona afectada por la avalancha tóxica. Los voluntarios terminaron hoy de trasladar a los animales sin vida.
Más allá de eso, los ecologistas esperan consecuencias a largo plazo. Según dijeron, todavía es difícil de determinar su verdadera dimensión, ya que aún no se conoce la composición química del lodo ni su contenido en metales pesados. Greenpeace anunció primeros resultados para mañana viernes.
El servicio de Protección Civil húngaro aseguró que la masa tóxica de lodo aún no ha afectado a las reservas aquíferas del subsuelo en las zonas anegadas. Además consideró que la muerte de peces se limita al río Marcal.
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