Las acusaciones, que fueron rechazadas de inmediato por Mediaset, se refieren a declaraciones de impuestos de los años 2003 y 2004 y forman parte de una investigación más amplia.

El hijo del Berlusconi y vicepresidente de Mediaset, Piersilvio, y otros directivos de la compañía también fueron puestos bajo investigación. Los cargos de violación de las leyes impositivas italianas contemplan penas de entre 18 meses y seis años de prisión.

Mediaset dijo en un comunicado que "todas las cuentas y declaraciones de impuestos de la compañía fueron compiladas en la observancia más rigurosa de los criterios de transparencia y las normas legales".

Daniele Capezzone, vocero del partido Pueblo de la Libertad, de Berlusconi, dijo que el primer ministro "es objeto de una masiva, sistemática e interminable serie de ataques, investigaciones y procedimientos judiciales".

El juicio por la causa Mediaset fue suspendido a la espera de un fallo de la Corte Constitucional esperado para diciembre sobre una ley que concede inmunidad legal por 18 meses a Berlusconi y sus ministros.

Antonio Di Pietro, un ex juez que realizó una campaña contra la corrupción y que es uno de los mayores críticos del premier, dijo que si Berlusconi está siempre bajo investigación es "porque nunca va a juicio".

Desde que ingresó a la escena política, a mediados de la década de 1990, la vida pública de Berlusconi estuvo marcada por sus batallas legales.

El premier enfrentó cargos de corrupción, fraude impositivo, contabilidad fraudulenta y financiamiento ilegal de partidos políticos, pero nunca fue condenado por ninguno de ellos.