Según explicó Roulet, la decisión se basó en la "conducta de desvirtuar las premisas, posiciones políticas y doctrina con la que Zamora alcanzó la gobernación santiagueña como representante de la UCR, lo que constituye una traición al partido y al pueblo que creyó en un mensaje determinante de sus votos".

El ex intendente de la ciudad capital llegó a la gobernación en 2005 por la UCR, pero para el 2007 comenzó a formar parte del grupo de los "radicales K" que comandaba el entonces gobernador de Mendoza, Julio Cobos.

A partir de allí se alejó de su partido para convertirse en uno de los aliados de origen radical más cercanos al Gobierno nacional y logró la reelección en 2009, aún cuando Cobos -ya como vicepresidente- rompió su relación con el kirchnerismo.

En septiembre pasado, cuando Zamora estaba en Nueva York como parte de la delegación que acompañó a la presidenta Cristina Fernández a la Asamblea anual de la ONU, se conoció la expulsión de la UCR de Santiago del Estero, al igual que el ex intendente capitalino Julio Alegre.

Los radicales santiagueños cuestionaron su alineamiento con el gobierno nacional y la desobediencia a instrucciones que le impartieron en su momento las autoridades partidarias nacionales.