La ley será la primera específica sobre el refugio en México, "con reglas claras" para el reconocimiento o revocación de ese estatus. También se amparará a quienes hayan ingresado a México en otras condiciones y ante "cambios radicales en su lugar de origen" estuvieran en peligro en caso de regresar, manifestó Calderón.

El Ejecutivo consultó a organismos internacionales, Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), académicos, especialistas en materia de refugiados, y las oficinas de defensorías del pueblo nacional y de la capital mexicana para elaborar el texto de la norma. Calderón recordó la tradición histórica de México de recibir a refugiados, muchos de los cuales dejaron una profunda huella cultural, como ocurrió durante la Guerra Civil Española, las dictaduras latinoamericanas y los conflictos civiles de El Salvador y Guatemala.

FC mencionó también la llegada de cientos de haitianos después del terremoto del 12 de enero del año pasado, aunque en este caso no lo hicieron como refugiados, sino con visas humanitarias. "Con esta ley, honramos una profunda tradición en nuestro país que es la de recibir y dar cobijo a quien es perseguido en otras naciones, en su propio país", dijo el presidente azteca.

"México es un país abierto al mundo y debe seguirlo siendo. Un país incluyente y solidario. Un país que ha tenido siempre abiertas las puertas para quien necesita protección". En su discurso, el mandatario citó a la filósofa y escritora española María Zambrano, quien al recibir el Premio Cervantes pidió: "Seguidme hasta una hermosa ciudad de México, Morelia, cuyo camino no busqué, sino que él mismo me llevó a ella, igual que a tantos otros españoles, recién llegados al destierro".

Por último, Calderón citó al poeta chileno Pablo Neruda en "El Canto General": "México, has abierto las puertas y las manos al errante, al herido, al desterrado, al héroe".