21:08 › LOS ACUSADOS YA TIENEN PEDIDO DE PRISIóN PERPETUA
El abogado Pablo Llonto, representante de los familiares del asesinado ex diputado nacional Diego Muñiz Barreto, aseguró que las víctimas del ex subcomisario de Escobar Luis Patti y del dictador Reynaldo Bignone sufrieron un "genocidio" ya que se pretendía "exterminar a quienes impulsaban abrir la conciencia social, laboral y política".
"Las víctimas de las familias que represento fueron víctimas de un genocidio perpetrado en la última dictadura militar y entre quienes lo cometieron están los aquí imputados", agregó Llonto al iniciar su alegato final en el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín.
Patti, Bignone, el ex comandante Santiago Omar Riveros, el ex comisario Juan Fernando Meneghini y el ex oficial de inteligencia del Ejército, Martín Rodríguez ya tienen pedido de prisión perpetua por parte de la fiscalía.
Tras el receso estival, hoy fue el turno de los representantes de las familias de los asesinados Muñiz Barreto y Goncalvez, y de otros dos jóvenes militantes de Escobar desaparecidos, cuyos restos no fueron encontrados, los hermanos Luis y Guillermo D´Amico.
El alegato comenzó poco antes de las 10, con Patti siguiendo las alternativas del juicio desde una ambulancia estacionada junto a una entrada del auditorio Hugo del Carril, en la localidad bonaerense de José León Suárez, hasta que según su abogado defensor, Alfredo Bisordi, sufrió una descompensación.
Esto obligó a una revisión médica, que dio cuenta de una descompensación a raíz de una baja de presión de Patti, ante lo cual la presidenta del tribunal, Lucila Larrandart, dispuso que se lo traslade de vuelta a la clínica Fleni de Escobar, donde está internado tras un accidente cerebrovascular, aunque tiene dictada prisión preventiva en su contra.
Si bien no está tipificado como delito, Llonto pidió a los jueces que "contemplen la figura del genocidio en la sentencia porque nuestro país formó ejércitos y fuerzas policiales genocidas, se incorporaron doctrinas para justificar la tortura y elminación de personas, y Argentina agregó el sello característico y lamentable para nuestra historia de los ´vuelos de la muerte´".
Los querellantes afirmaron que a lo largo del juicio se reunieron "125 pruebas penales" contra los acusados y en el caso de Patti quedó demostrado que como oficial subinspector en Escobar, del 4 de enero de 1972 al 7 de marzo de 1977, "en el marco de un genocidio cometió privación ilegal agravada" contra seis víctimas, además de "tormentos agravados por ser perseguidos políticos" a Muñiz Barreto, Goncalvez y los hermanos D´Amico, y el "homicidio triplemente agravado de Goncalvez".
"Hubo un plan delictivo, una organización criminal cuyo fin último era matar a quienes llamaban subversivos. Los cinco acusados querían convertirse en participantes de esa empresa que tenía un propósito criminal común: el exterminio de todos los militantes políticos que ellos consideraban subversivos", agregó Llonto.
Para la querella quedó probado que las víctimas fueron secuestradas en Escobar y llevadas primero a un camión celular estacionado en los fondos de la comisaría, que había quedado bajo la órbita de Institutos Militares tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
A Bignone, como comandante de Institutos Militares, se lo responsabilizó por el crimen de Muñiz Barreto, quien según la causa fue secuestrado por Patti en una carnicería de Escobar, llevado a la seccional y de allí trasladado al centro clandestino de detención conocido como "El Campito" en Campo de Mayo.
Desde allí fue sacado junto a su secretario, Juan Fernández, rumbo a Entre Ríos, donde se simuló un accidente de tránsito para matar a los dos, pero este último sobrevivió y dejó un testimonio ante escribano público sobre lo ocurrido antes de exiliarse a Europa, donde falleció tras declarar ante una comisión que documentaba casos de violaciones a los derechos humanos en Argentina.
Tras aludir a la "perversidad" de Bignone, Llonto lo consideró culpable de todo lo ocurrido bajo su órbita de mando y pidió que se lo condene en particular por el homicidio de Muñiz Barreto, al igual que al ex jefe del Grupo Especial de Institutos Militares, Rodriguez, detenido hace un año tras permanecer durante años como profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Católica de Salta.
Rodríguez, alias "El Toro", está acusado de haber sido uno de los torturadores de Muñiz Barreto y su secretario en "El Campito". Al describir cómo se operó en Escobar, Llonto recordó que una vez Patti le dijo al hermano del luego secuestrado Gastón Goncalvez, de 25 años, que "era peligroso porque avivaba giles" e interpretó que al luego intendente de Escobar y fallido diputado "le molestaba que hubiera jóvenes en la militancia para abrir conciencia social, política, laboral, gremial".
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