Unos tres millones de irlandeses con derecho a voto están llamados a las urnas para elegir en 43 circunscripciones a los 166 diputados del Parlamento en Dublín. Las mesas abrieron a las 7 y cerrarán a las 22 (las 19 en Argentina) y los primeros resultados de la jornada electoral no se esperan hasta mañana.

El gran favorito en estos comicios es el partido conservador Fine Gael, que hasta ahora estuvo en la oposición. Las encuestadoras vaticinan que el líder de este partido, Enda Kenny, se convierta en el nuevo primer ministro irlandés. Kenny, de 59 años, incluso podría conseguir la mayoría absoluta en el Parlamento.

Sin embargo, lo más probable parece ser la formación de una alianza del Fine Gael con el Partido Laborista o un gobierno que cuente con el apoyo de diputados independientes, que tradicionalmente desempeñan un papel importante en Irlanda.

El primer ministro en funciones, Brian Cowen, no se presenta a la reelección. Muchos irlandeses atribuyen a su partido, el Fianna Fail, la culpa por la grave crisis económica y financiera del país, que no hace muchos años supo ser un ejemplo de desarrollo industrial y crecimiento.

Sondeos preelectorales mostraron un gran malestar de los votantes con los políticos y la política en general tras la explosión de una burbuja inmobiliaria que los dejó endeudados y con el peso de tener que pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) un préstamo de 85.000 millones de euros.

Como contrapartida al "salvataje" del FMI, el gobierno de Cowen aprobó un duro ajuste con rebajas y congelamiento de salarios, aumento de impuestos y de la edad jubilatoria para reducir el déficit que el año pasado llegó a 32 por ciento del Producto Bruto Interno. Pese al descontento y al desempleo del 10 por ciento, en Irlanda no se registraron grandes protestas populares contra el ajuste como en Grecia, otro de los grandes afectados por la crisis de deuda en la eurozona.