Mié 16.03.2011

18:51  › PELIGRO RADIACTIVO

La OIEA negó que la crisis nuclear en Japón esté fuera de control

El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Yukiya Amano, viajará al archipiélago asolado por el terremoto el viernes pasado y advirtió que "si bien la situación es muy grave, las cosas no están fuera de control". Mientras tanto los intentos por controlar con helicópteros hidrantes el incendio desatado en el reactor 4 de la central de Fukushima 1, fracasaron. La Comisión Reguladora Nuclear estadounidense, por su parte, aseguró que los niveles de radiación son "extremadamente altos". Por otra parte, el emperador Akihito declaró que esperaba "sinceramente" que pudieran "impedir que la situación empeore".

Amano, citado por la agencia de noticias DPA, explicó que no hay suficiente agua en los recipientes de Fukushima 1 para cubrir totalmente elmaterial nuclear, y agregó que las temperaturas aumentaron en los tres estanques en los que se encuentran las barras de combustible. El director de la OIEA señaló, además, que los valores de radiactividad en las inmediaciones de Tokio aumentaron ligeramente, aunque "de momento no son nocivos para la salud de las personas". Más adelante aclaró que el propósito de su viaje a Japón nuevas áreas es analizar nuevas formas de cooperación entre su agencia y Japón e intensificar el el intercambio de información.

Después de su viaje, al que asistirá acompañado de un grupo de expertos, Amano convocará una sesión extraordinaria de la junta de gobernadores para debatir acerca de la situación.

La central, ubicada a 250 kilómetros al noreste de Tokio, centró la atención internacional. La explicación que se le encuentra a la situación es que ese repunte radioactivo pudo deberse a que el recinto de confinamiento del reactor 3 fue "parcialmente dañado". "Según la hipótesis más probable, del recinto de confinamiento se escapó vapor y se vio algo como humo", indicó el portavoz oficial.

Asimismo, precisó que "cerca de la central" el nivel de radiactividad era de 1.500 microsieverts (1,5 milisieverts) por hora, frente a un nivel habitual de 0,035 microsieverts. No obstante, añadió, las radiaciones hasta ahora "no plantean un peligro inmediato para la salud" más allá de un radio de 20 km.

Por su parte, el jefe de la Comisión Reguladora Nuclear estadounidense alertó que la piscina de almacenamiento de combustible usado del reactor 4 de la planta nuclear no tiene más agua, lo que genera niveles de radiación "extremadamente altos".

Fue la gravedad en Fukushima lo que impulsó a Akihito a enfrentar las cámaras y expresar su preocupación por el carácter "imprevisible" de la crisis nuclear que golpea a Japón y lamentó la catástrofe que algunos medios grafican con un saldo de 10 mil víctimas y medio millar de personas sin hogar.

El emperador, de 77 años, deseó además "que la gente supere estos tiempos horribles ayudándose mutuamente". "Espero sinceramente que podamos impedir que la situación empeore gracias a los esfuerzos" de todos los que participan en las tareas de socorro, añadió.

Por su parte, el gobernador de la Prefectura de Fukushima, Yuhei Sato, expresó la desesperación de los lugareños. "Este accidente nuclear obligó a la gente a abandonar sus hogares”, dijo. “Quiero que todos entiendan esto. Quiero que todo el país demuestre comprensión hacia todos los que se van de la Prefectura".

Mientras tanto, en Tokio, que desde el terremoto del viernes funciona a ritmo lento, la población mantenía la calma, pese a una réplica de magnitud 6 que al mediodía hizo temblar los edificios. Según las agencias internacionales, los ciudadanos estaban sobre todo aliviados por el hecho de que los vientos soplan hacia el Pacífico, dispensando en esa dirección la radiactividad.

Un total de 114 países y regiones, además de 24 organizaciones internacionales han prometido asistencia. Entre los donantes están Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), integrada por 10 países, y otras naciones más pequeñas como Bangladesh, Timor Oriental, Ruanda y Paraguay. Incluso países menos desarrollados de la ASEAN como Camboya y Laos se han comprometido a destinar a Japón 100.000 dólares, respectivamente.

El Banco Asiático de Desarrollo, así como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y agencias de Naciones Unidas se han comprometido a hacer aportaciones. Numerosos países han enviado a su vez a Japón equipos de personas así como perros rastreadores para participar en las tareas de salvamento. También materiales para los refugiados, como tiendas de campaña, ropa, mantas o luces de emergencia.

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