De acuerdo con las primeras cifras, la CDU obtuvo en Baden-Württemberg alrededor del 38 por ciento de los votos y perdió cerca de seis puntos respecto a los comicios de 2006. El Partido de los Verdes efectuó un salto a entre el 24 y el 24,5 por ciento (frente a 11,7 por ciento de 206). Los socialdemócratas (SPD) cedieron poco menos de dos puntos, para ubicarse en el 23,5 por ciento. De esta forma, "verdes" y socialdemócratas contarían con la mayoría necesaria para desbancar a los democristianos del gobierno de Stuttgart después de casi 60 años y un político "verde" podría encabezar por primera vez un gobierno regional en Alemania.

Los liberales, tradicionalmente fuertes en este estado próspero y conservador del suroeste alemán, perdieron casi la mitad de su caudal electoral y consiguieron a duras penas la representación parlamentaria, con entre un 5,0 y 5,2 por ciento, indican las proyecciones.

El debate en torno al uso de la energía nuclear desatado tras el accidente de la central de Fukushima, en Japón, dominó la campaña. El viraje del gobierno de Merkel, que anunció una moratoria del plan de prolongar la vida de los reactores en el país, fue considerado por muchos como una mera maniobra electoral.

Los comicios de Baden-Württemberg eran considerados la principal prueba para Merkel y sus socios liberales en la serie de siete elecciones regionales que finaliza en septiembre con la cita en la ciudad-estado de Berlín. La pérdida del feudo de Baden-Württemberg asesta un duro golpe a la centroderecha de Merkel, que ya perdió en lo que va de la legislatura otros dos estados, Renania del Norte-Westfalia y Hamburgo.

La suerte también fue esquiva para la CDU de la canciller y sus aliados liberales en Renania-Palatinado. Allí, la socialdemocracia consiguió preservar el poder, pero deberá aliarse a Los Verdes para seguir gobernando.

El SPD, del primer ministro Kurt Beck, cayó a cerca del 36 por ciento (frente a 45,6 por ciento en 2006), mientras que Los Verdes regresaron al Parlamento de Maguncia triplicando su porcentaje de 2006, a más del 15 por ciento (4,6 por ciento en 2006), resultado que también se interpreta como respuesta a lo ocurrido en Japón.

La CDU de Merkel subió al 35,5 por ciento, pero le faltó un aliado al quedar fuera del hemiciclo regional el Partido Liberal, con un cuatro por ciento (frente al ocho por ciento en 2006). El Partido de la Izquierda fracasó en el intento de superar el mínimo de cinco por ciento en ambos parlamentos regionales.