El exhorto de la jueza Silvia Caillard, del Tribunal de Gran Instancia de París, se produjo en la causa abierta por la denuncia de la madre del sacerdote, Marie Therése Abattú. Longueville, junto a su par Carlos de Dios Murias, fue secuestrado el 18 de julio de 1976 en la casa parroquial de Chamical por un grupo de tareas integrado, aparentemente, por militares, integrantes de fuerzas de seguridad y agentes civiles de la dictadura. Ambos fueron trasladados a la base aérea de Chamical y allí fueron víctimas de tortura, hasta que los cadáveres aparecieron en un predio cercano a la ciudad, hacia el sur por la ruta nacional 38.

Diecisiete días después, un supuesto accidente terminó con la vida de monseñor Enrique Angelelli, por entonces obispo de La Rioja, cuya causa también se investiga como homicidio. Se estima que Angelelli llevaba documentación sobre el asesinato de Longueville y Dios Murias.

Según confirmó luego el juzgado federal de La Rioja a la filial local de Radio La Red, el pedido de la magistrada francesa se enmarca en el juicio que, por el asesinato de Longueville, sustancia el Tribunal de Gran Instancia de París. El exhorto pretende que la justicia federal riojana tome declaración testimonial al cardenal Bergoglio porque el tribunal parisino tiene "una serie de consultas puntuales" que hacerle.

La investigación local se sustancia desde 2007 por orden del fiscal general de la Cámara Federal de Córdoba, Alberto Lozada, y los fiscales de esa ciudad, Graciela López de Filoñuk, y de La Rioja, Horacio Salman.

Los fiscales adjudicaron el secuestro a una persona de apellido Pessetta, al capitán Miguel ángel Escudero, los policías Juan Carlos "Bruja" Romero y otras dos personas. Como emisores de la orden individualizaron a los vicecomodoros Lázaro Aguirre y Fernando Estrella, jefe y subjefe de la Base, y al coronel Osvaldo Pérez Battaglia, jefe del Batallón de Ingenieros 141, todos bajo la órbita del comandante del Cuerpo III, general Luciano Benjamín Menéndez.