Durante todo el partido, el equipo catalán tuvo las jugadas más claras de gol, mientras que los de la capital esperaron para jugar de contragolpe. Es el tercer encuentro del mes entre los dos grandes del fútbol español: empataron por la Liga, que el Barça tiene casi ganada, y el Real se impuso en la final de la Copa del Rey.

Tras el empate por 1-1 el 16 de abril en Madrid por la liga y el triunfo del conjunto blanco por 1-0 en la final de la Copa del Rey disputada en Mestalla el pasado miércoles, el tercer clásico le quedó al equipo catalán. La eliminatoria se definirá el 3 de mayo en el Camp Nou.

Horas antes del duelo, el entrenador del conjunto merengue, José Mourinho, marcó territorio provocando a Pep Guardiola por haber cuestionado la decisión arbitral de anular el gol de Pedro en fuera de juego en la final de la Copa del Rey. Guardiola respondió en conferencia que Mourinho en la sala de prensa "es el puto amo" y agregó que "ya ha ganado su 'Champions' de fuera del terreno de juego".

El Barça había llegado al encuentro en el estadio Santiago Bernabéu muy afectado por las bajas, especialmente en la defensa, lo que llevó al entrenador a desplazar al capitán Carles Puyol al lateral izquierdo, colocando a Sergio Busquets como central junto a Gerard Piqué y Dani Alves en la derecha.

El argentino Javier Mascherano estuvo en el centro de la cancha junto a Xavi Hernández y Seydou Keita, quien sustituyó a Iniesta, lesionado con una contractura en la pierna derecha, mientras que el tridente ofensivo lo formaron Pedro, Leo Messi y David Villa.

En el Real Madrid, Mourinho alineó de entrada en la defensa a Alvaro Arbeloa, Sergio Ramos, Raúl Albiol en lugar del sancionado Ricardo Carvalho, y Marcelo, con una línea medular formada por Xabi Alonso, Pepe, quien fue expulsado, y Lass Diarra, en reemplazo del lesionado Khedira. La delantera estuvo integrada por el portugués Cristiano Ronaldo, el alemán Mesut Özil y el argentino Angel Di María.