El secretario adjunto del gremio, Julio Bulacio, insistió con que las "autoridades perdieron su legitimidad", al tiempo que volvió a reclamar una "mesa de diálogo" al Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la que depende la escuela.

"Se dictan clases como casi como en un día normal porque 12 de los 17 departamentos de materias, que son los de mayor cantidad de profesores, están dirigidos por docentes que adhieren a la medida", sostuvo Bulacio.

El conflicto en el Carlos Pellegrini, que comenzó hace unos dos meses, se agudizó ayer debido a que decenas de estudiantes le impidieron el ingreso a Juárez Roca en uno de los tres accesos al establecimiento, que esta mañana continuaban franqueados por alumnos.

El vicerrector a cargo de la escuela dispuso la suspensión del dictado de clases y advirtió que se considerará "inválida cualquier actividad que se realice, porque el colegio no puede funcionar sin autoridad". Y anticipó que efectuará una presentación en la Justicia de Menores, tras haber destacado su responsabilidad por la "integridad física" de los adolescentes.

Juárez Roca, quien reemplaza al cuestionado rector Jorge Fornasari -con licencia médica-, tuvo que retirarse de la escuela en medio de una fuerte discusión con estudiantes y profesores, tras haber llegado en compañía de un escribano público, quien labró un acta sobre la obstrucción. En ese sentido, dijo que defendía así su "derecho a trabajar" y advirtió que, "sin autoridad, no puede funcionar una institución pública".

Por su parte, los profesores agrupados en la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), rama porteña de CTERA, optó por no asistir a las aulas, al no estar de acuerdo con la modalidad de la protesta. Además, sostuvieron que "no hubo clases", pese a que sus colegas representados por la Asociación General Docente (AGD-UBA) manifestaron que el dictado fue de un "70 por ciento" en esa jornada.