"No correremos el riesgo de someter a votación un proyecto de resolución que condene al régimen sirio si no logramos una mayoría suficiente. En la actualidad disponemos aparentemente de nueve votos en el Consejo de Seguridad, nos queda por convencer a Sudáfrica, India, Brasil y nos dedicamos a ello día tras día", afirmó el portavoz de la cartera de Alain Juppé, Bernard Valero.

Estados Unidos ya dio un guiño doble a sus socios, uno de apoyo y otro que huele a pedido: condenó la represión siria y acusó a Irán de alentarla. "Hoy en Siria, Irán está apoyando los ataques despiadados del régimen de Asad a los manifestantes pacíficos y las acciones militares contra sus propias ciudades", dijo Washington a través de un comunicado.

Naciones Unidas habla de más 1.200 muertos, mencionan numerosos casos de tortura y violaciones de los derechos humanos, y miles de refugiados huyen actualmente de Siria, son los argumentos de quienes impulsan la declaración de condena.

Varios expertos de ese organismo llegaron a la frontera turca para recabar testimonios sobre "abusos" contra activistas prodemocráticos. Mientras, el ejército lleva a cabo una operación de envergadura desde el viernes en el noroeste. El domingo se hizo con el control de Jisr al Shughur, una ciudad de 50 mil habitantes, para aplastar una revuelta contra el régimen del presidente Bashar al Asad.

No obstante, a pesar de los seis muertos de hoy en Ariha, cerca de Jisr al Shughur, hubo manifestaciones en varios puntos del país, mientras el ejército siguió movilizándose. Envió unos 10 tanques y entre 15 y 20 transportes de tropas fueron desplegados cerca de la ciudad de Abu Kamal, 500 kilómetros al este de Damasco.