Los ataques fueron en la ciudad de Hama, donde los opositores se apostaron en techos ante un posible ataque masivo del Ejército. Muchos huyeron a pueblos aledaños. Y la versión del gobierno es que "un grupo armado de saboteadores" asaltó el Palacio de Justicia de Hama.

La agencia estatal Saná dijo que cientos de hombres llegaron enmascarados en moto e incendiaron el edificio. Y la televisión mostró imágenes de civiles armados en una plaza de la ciudad.

Ante la escalada de violencia, Italia llamó a consultas a su embajador en Siria en señal de protesta, así como también a unos 300 políticos. Por su parte Alemania advirtió de las posibles consecuencias de una intervención militar.

El ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, llamó a consultas a su embajador en Damasco, Achille Amerio, debido a "la horrible represión contra la población civil en Siria". Propuso además que otros países de la Unión Europea sigan su ejemplo.

En cambio, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Asthon, apuntó que la UE no planea de momento adoptar una medida de forma conjunta.

Por su parte, la portavoz de la cancillería francesa, Christine Fages negó sanciones inmediatas y argmentó que "las situaciones en Libia y en Siria no son similares", aunque no dijo en qué difieren esas situaciones. La vocera añadió que, no obstante, su país “sigue trabajando” con el Consejo de Seguridad sobre la situación siria y enfatizó que "no se contempla ninguna opción de naturaleza militar".

Las únicas sanciones aplicadas por la UE fueron vetar la entrada al bloque al ministro de Defensa sirio, el general Ali Habib Mahmud, como parte de las nuevas sanciones anunciadas este lunes. También sancionó a dos altos cargos de los servicios secretos, un tío de Al Assad y un colaborador del hijo del presidente Mahir Al Assad que está al frente de la guardia presidencial.

Anteriormente habían tomado medidas similares contra el propio presidente, así como el vicepresiente, Faruk al Sharaa, y el ministro de Interior, Mohammad Ibrahim Alk Shaar.