El complot fue desbaratado por el FBI y por la DEA, gracias a que uno de los acusados intentó comprar los servicios de un cartel de droga mexicano para llevar a cabo el atentado contra el embajador saudí en un restaurante de la ciudad de Washington.

Mientras Holder calificó el hecho como “flagrante violación de la ley estadounidense e internacional”, Teherán desacreditó la acusación y advirtió que no era la primera vez que Estados Unidos hacía ese tipo de imputaciones. Riad, por su parte, a través de su embajada en Washington afirmó que el complot era una "violación despreciable" de las convenciones internacionales.

La operación Coalición Roja comenzó en mayo, cuando Arbabsiar intentó contactar con el cartel de Los Zetas para que lo ayudaran a asesinar al embajador saudí en Washington, sin saber que le estaba haciendo el pedido a un informante de la DEA, ante quien afirmó que actuaba bajo las órdenes “de miembros de alto rango del Gobierno iraní”.

En México, el hoy detenido ofreció un millón y medio de de dólares por asesinar al embajador saudí en Washington, y habría revelado entre otros planes un eventual atentado en Buenos Aires, aunque este último dato no está incluido en la denuncia penal radicada en Nueva York.