El terremoto ocurrido el domingo último tuvo una magnitud de 7,2 grados Richter y afectó principalmente a la provincia de Van, donde casi 2.300 edificios quedaron destruidos. "El hormigón de algunos edificios cayó como la arena, y el doloroso precio lo ha pagado la gente que estaba dentro", dijo Erdogan, para quien "la negligencia de las comunas, empresarios de la construcción e inspectores tiene que ser considerada un crimen".

Erdogan admitió sin embargo que la ayuda del Estado en los primeros momentos posteriores al sismo fue insuficiente. "En las primeras 24 horas no tuvimos éxito, eso lo reconocemos". Ahora, aseguró, la ayuda está encauzada. En "poco tiempo" se levantará en Van una nueva ciudad, prometió.

Asimismo, el gobierno pidió ayuda a otros países. Cuando terminen los trabajos de rescate necesitarán carpas y casas prefabricadas, señalaron las autoridades. Las embajadas turcas empezaron las conversaciones con los gobiernos que ofrecieron apoyo y siete Estados ofrecieron hoy enviar ayuda, entre ellos Israel.